Leí hace tiempo en Medpage Today un post curioso acerca de la utilización de una técnica de artes marciales denominada Tuite para la reducción de una luxación( colocación en su sitio de un hueso dislocado) de hombro .
El Tuite está basado en agarres, torsiones, volteo, bloqueo de articulaciones, presiones y puntos especiales que no deja marcas ni señales del ataque. En el post, el autor explica que utiliza esa técnica cuando debe contener a un paciente intoxicado o psicótico al que se debe colocar una inyección intramuscular de haloperidol (Haldol), provocándole un pequeño dolor localizado que le impida moverse, así como que en una ocasión la tuvo que emplear para reducir a un borracho que atacó a una enfermera. También cuenta cómo consiguió reducir una luxación de hombro a base de Tuite
Quien padecía la luxación era una mujer bastante obesa en la que no lograban palpar el relieve de ningún hueso. Como se ve en las imágenes, en una luxación de hombro la cabeza del húmero se desplaza, dejando de estar encajada en la cavidad glenoidea ( el hueco que podéis observar en el omóplato, donde se aloja la cabeza del húmero). Esto provoca dolor, hinchazón e imposibilidad de mover el brazo correctamente. Para reducirla, es preciso sedar al paciente y realizar maniobras de torsión, desplazamiento o tracción del brazo con el fin de colocar el hueso correspondiente en su sitio y formar una articulación funcional y correcta. Se sabe que la maniobra ha sido un éxito cuando se oye un chasquido muy carácterístico, algo así como “clank”. Da grimilla, sí, pero te asegura que el hueso está en su sitio.
El autor cuenta que un compañero suyo, más musculoso que él ( se necesita bastante fuerza para colocar una articulación en su sitio, los traumatólogos suelen ser los más fuertes del hospital ) intentó sin éxito reducir la luxación. En la radiografía posterior a las maniobras se comprobó que el hombro seguía igual de dislocado. Entonces, él se acordó de una técnica que había aprendido, que implicaba bloquear la muñeca, el codo y el hombro, no muy útil para defenderse pero que ejercía una considerable presión sobre la cabeza del húmero, facilitándole insertarla de nuevo en la cavidad glenoidea y conseguir así “desluxar” el hombro.
“Cogi su mano derecha con mi mano derecha, deslicé mi mano izquiera por debajo de su antebrazo, luego hacia arriba a lo largo de la curvatura de su codo, por encima y por detrás de su brazo. Presioné hacia abajo su mano derecha, haciendo palanca contra mi brazo izquierdo mientras tiraba y empujaba un poco su húmero con mi mano izquierda. Inmediatamente, sin titubeos, el hombro entró de golpe con un audible y satisfactorio clank”
(traducción libre del texto).
Así, con mucha maña y menos fuerza que su compañero, logró la reducción sin problema alguno, haciendo palanca y aumentando de este modo la fuerza aplicada para poder encajar la articulación.
Si McGyver hubiera sido médico…
He buscado información de ese arte marcial que nunca había oido, la verdad es que me ha parecido muy muy curiosa
Y tiene que doler mucho dislocarse el hombro no? Vamos que yo a lo más que he llegado (y tocando madera) es a un esguince en muñeca y otro en tobillo…
Un besito
Sí, el dolor de una luxación es bastante agudo de hecho, para recolocar el hueso en su sitio hace falta en la gran mayoría de los casos sedar al paciente.