Una de las anécdotas que más les gusta a los profes de Historia de la Medicina contar es la del tímido Laennec. Mirad su foto:

No me mires mucho que me pongo colorado cuando me miras, me pongo coloraaaao

En la época de este jovenzuelo tan tímido no existían los fonendoscopios tan chulos que usamos ahora, con la gomita de colorines y el aro quitafríos. Para escuchar bien pulmones y corazón había que apoyar la oreja en el pecho o la espalda del paciente. Haced un ejercicio de imaginación y contestadme qué sentiríais si fuérais unos jovenzuelos doctores con la bata recién almidoná y sin apenas un par de guardias en el cuerpo apoyando la orejita en la espalda o el pecho de estos pacientes:

Venga, que no muerdo, auscúltame
Venga, que no muerdo, auscúltame
¿Tú me vas a auscultar?

Sé que entre mis lectores encontraría algún voluntario para tan encomiable labor, pero nuestro pobre Laennec sufría horrores al acercar su cabeza al pecho de alguna doncella, amén de las dificultades que encontraba al intentar enterarse de algo en pacientes obesos, donde el sonido quedaba mitigado. Para vencer su pudor, en 1816 ideó un largo tubo de madera de unos 30 cm que apoyaba en el pecho de sus pacientes tal como se ve en la siguiente imagen:

Otros médicos copiaron la idea del francés y comprobaron que además de poder vencer su recato y pudor conseguían oir de forma más nítida, sobre todo si en vez de un cilindro recto usaban un tubo con forma de trompetilla. A finales del siglo XIX llegó Arthur Leared con un fonendoscopio similar al actual con sus dos ramas, sus olivitas para no hacerse daño en los oidos y el extremo en trompetilla, de modo que se pudiera escuchar por ambos oidos. Y así fueron avanzando poquito a poco y todo por un médico que se ponía colorado…

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14 opinaron sobre “El tímido Laennec

  1. Y no podeis elegir entre usar el fonendo con los pacientes que no os motiven o el método tradicional de oreja a pecho si os llega algún cachondo (o cachonda, según el gusto de cada cual)? XD O mejor todavía, ¿puede elegirlo el paciente? Porque si un día me atiende un médico a lo Sloan de Anatomía de Grey, yo me dejo auscultar a la antigua usanza…

    • Claro, siempre podemos decir que nos hemos dejado el fonendo olvidado y que así percibimos los sonidos con más naturalidad :P

  2. Yo sigo siendo tímido y no desnudo completamente a los pacientes antes de auscultarlos (no creo que tenga sentido) y cual no fue mi sorpresa cuando la madre de una paciente embarazada, cuya hija tenía antecedentes de cirugía y recirugía por transposición de los grandes vasos, tras verme auscultar a su hija, me dijo: “Doctor en sólo dos consultas no han desnudado a mi hija para auscultarla, en la Clínica Mayo en EEUU y en la suya”.
    Ya no me da tanta vergüenza no desnudar a los pacientes para auscultarlos.

    • Sí y se sorprenden cuando hacen el gesto de quitarse la camiseta y le dices “no, no te la quites”. Con los abuelillos tenía el truco de “no se quite la camiseta, no se me vaya a resfriá” cuando pegaba hacerlo :)

  3. ¿Sería por pudor o por los aromas? Que no creo que en siglo catapún la gente se duchara todos los días…

    • Mejor no pensarlo, si yo he llegado a marearme en pleno pasillo por el mal olor de un paciente dos habitaciones más allá no quiero ni pensar en apoyar la cabeza en un paciente así, uggh

  4. Me encantan estas anécdotas.

    Como paciente que ha pasado más tiempo en el neumólogo que en las colas para pagar del Pryca (y mira que eran eternas, las joías), confirmo que a mí ningún médico me ha hecho nunca quitarme la ropa para auscultarme… ¿habré topado siempre con los tímidos?

    • O con médicos considerados :) Recuerdo a una amiga mía que fue al médico y éste, con el fonendo puesto y colocado frente a ella le dijo que se quitara la camiseta para auscultarle los pulmones. Ella le dijo “mire, para oir bien los pulmones me tiene que auscultar por la espalda y puede meter la campana del fonendo por debajo de la camiseta, que paso de quitármela”. Planchado lo dejó.

  5. Sophie a ver para cuando un especial sobre los tratamientos para la histeria femenina de finales del siglo XIX, si se puede con imagenes de lo explicitas mejor y si lo duda, si soy un pervertido, pero que medico no lo es, bueno medico no soy jejeje.

    • Jeje, tal vez prefieras abrir un blog y tratar tú mismo el tema, seguro que lo haces mejor que yo y te queda más ameno el artículo ;)

      • Que bueno que tenga sentido del humor, mire que me lo han propuesto pero con todo no tengo ese talento para llevar un blog, dicho de otra manera no me salen mas de 200 palabras es que sabe, soy un pesimo redactor.
        Lo que si es que material no me falta llevo recopilaciones de todas las principales pseudociencias del siglo XIX y hasta un poco del XX, tratamiento contra la infertilidad femenina con rayos x, cure la impotencia con pastillas de radio y otras supercherias de semejante calibre.

  6. Pobrecillo, que tímido era jajaja. Pero mira, le supo sacar partido y gracias a su timidez, salio el famoso fonendo.
    Me encantan estas entradillas.

  7. me recuerda al chiste ese de:

    -DOCTOR DOCTOR, OSCULTEME!!!!
    -RASSSSSSPIDO DEBAJO DE LA MESA!! XDDD

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