Me suelo preguntar qué información damos al paciente y si ésta es de calidad. Muchas veces tengo que buscar hueco en el despacho que compartimos los médicos en planta, con muchas entradas y salidas de bata blanca, para pararme a explicar con calma a los familiares de un paciente lo que ocurre.

No me gusta la frialdad de dar datos importantes de pie al lado de la puerta ni me gusta la gente mirando, esperando su turno para hablar con el médico “de Manolo, que está en la cama del medio” y mientras tanto la familia con la que hablo se aguanta las lágrimas porque el vecino de Manolo, el de la cama pegada a la ventana, tiene un cáncer que se lo está comiendo.

En mi hospital, el hospital en el que hice las prácticas y otros dos más que conozco no he visto una salita, un pequeño despachito habilitado para hablar tranquilamente con los acompañantes del paciente. Se echa en falta en ciertas situaciones, claro.

Hay veces en que el estrés te come y le sueltas la información al paciente y su familia de cualquier manera. O no, apenas le dices un par de cosas “si ya viene escrito en el informe” y con palabras técnicas, sin pararte a pensar que quien tienes delante no se está enterando de nada. Tengo compañeros que tienen miedo a dar una mala noticia porque no saben desenvolverse o porque no quieren enfrentarse a una familia que está de uñas porque no está de acuerdo con el diagnóstico o el tratamiento. Y otros compañeros que saben dominar el cansancio, el estrés y los nervios, explicando las cosas con sencillez. Unos tienen esa virtud de serie, otros la aprenden en sus primeros años tratando pacientes.

Aquí tenéis un chiste que me mandaron hace poco sobre el tema:

(Ring, ring, ring)
- Hospital Xeral de Lugo, buenos días.
- Si, Buenos días, quisiera hablar con alguien que me de información sobre un paciente que está internado.
- ¿De qué paciente se trata?
- Se llama Antonio Comesaña Otero y está en la habitación 376.
- Un momento, le paso a enfermería.
- Buenos días, habla la enfermera Luisa Casal , ¿en qué puedo ayudarle?
- Quisiera saber las condiciones clínicas del paciente Antonio Comesaña Otero de la habitación 376, por favor.
- Un minuto que voy a localizar al médico de guardia.
- Buenos días, habla el doctor Quirós, ¿en qué puedo ayudarlo?
- Verá doctor, quisiera que me informasen sobre el estado de salud de Antonio Comesaña Otero de la habitación 376.
- A ver, un minuto que consulto la ficha del paciente.
- Bueno, gracias
- Aquí está. Veamos, hoy se alimentó bien, la presión y el pulso se mantienen estables y está respondiendo bien a la medicación por lo que mañana le retiraremos el monitor cardíaco, si continua en esta línea le daremos el alta en dos o tres días.
- ¡Muchas gracias doctor, no sabe usted la buena noticia que acaba de darme! ¡Joder que alegría!
- Me alegro hombre, ¿quién es? ¿Su padre?>
- No, no, que va, yo soy Antonio Comesaña Otero y estoy llamando desde la habitación 376, lo que pasa es que aquí todo el mundo entra y sale del cuarto cuando le sale de la polla, parece que hablan entre ustedes en chino y a mí ni Dios me dice un carallo.

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8 opinaron sobre “La información dada al paciente y su familia

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  2. Nunca me han tenido que dar a mi una noticia de ese estilo, pero si me he visto casos en los que el medico te despacha rapidamente y sin interes. Aun que supongo que lo justo es verlo de los dos lados y como dices los medicos tambien sois humanos y hay pacientes que se las traen. Y ya que terminas con un chiste esto ultimo me recordo una tira comica que creo que la dibuja un medico australiano (http://www.docrat.com.au/default.asp?thisItem=1128)

  3. Así de triste es la situación. Cómo tomarnos un tiempito para hablar con la gente sobre lo que está pasando es una virtud que pocos médicos y médicas tienen. Nos debatimos entre la apuradera y el deber ser, es decir, ofrecer (aparte de calidad) calidez tanto al enfermo como a sus familiares. La mayoría de las quejas que tenemos en los centros de salud son por razones de trato, cuando no hay una comunicación efectiva, una buena relación médico-paciente: “el médico no me explicó eso”, “aún no nos han informado”. Y ese chiste que colocas es más que es ilustrativo.

  4. En un hospital que tuve que visitar mucho sí que había una habitación por la que iban pasando las familias, y salían algunas llorando desconsoladas mientras otras esperaban como si fueran a la cámara de gas. La verdad se que es tremenda la exposición de tanto dolor en situaciones tan delicadas y no sé qué opción sería la mejor.A pesar de todo, tener la intención de mejorar seguro que genera una mejora.

    Saludos

  5. Las malas noticias son jodidas, la incertidumbre puede ser insoportable. Por mi parte, procuro tomarme mi tiempo aunque casi no tenga.

  6. Mi padre tuvo que ser operado de urgencia por lo que al salir el cirujano sólo encontró a mi madre, y allí mismo, en el pasillo le dijo que su marido tenía cáncer. Tuvieron que atender a mi madre y cuando llegué yo, a los diez minutos, (eran las 3 de la madrugada) nadie sabía dónde se la habían llevado (no estaba registrada), y mi padre estaba en la UCI o UVI o como se diga ahora.

    No es ya un despachito como bien dices (que tampoco estaría mal un poco de privacidad en esos momentos), si no algo de humanidad porque los que están/estamos esperando, nos morimos de miedo mientras lo hacemos.

    Me ha encogido tu post. Ojalá algún día todos los médicos “tengan tiempo”… que al fin y al cabo son apenas cinco minutos.

  7. Está bien es gracioso el chiste. Hay un vídeo en youtube que tiene que ver con esto y que es bastante gracioso. El vídeo está aquí.
    Musus ;)

  8. jajaja,el chiste es buenisimo. Hace poco he pasado por un cancer y la verdad es que los medicos que me han tratado se han portado muy bien en cuanto a informarme, pero a lo mejor es porque yo on paraba de hacer preguntas y porque,gracias a google, era capaz de desentrañar los tecnicismos variopintos con los que me hablaban. Aunque lo peor no fue el hospital, donde medianamente me decían algo ,sino el darme el alta hospitalaria y luego estar en casa con síntomas que no sabes si son normales o no, si los dolores son normales o no, si todo va como tiene que ir o no. Aparte de la salita que mencionas, no estaría de mal un teléfono tipo consultorio o entregar una hojita con ‘el después’, que eso es lo que realmente preocupa. Y mientras aqui sigo yo, consultando a google a ver si es normal seguir casi dos meses después con hinchazones varios y dlores extraños….
    Genial tu blog,por cierto!!

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