Éste es quizás el artículo más largo de la serie, en el que intento explicar del modo más sencillo posible de dónde viene la idea del “20% menos de principio activo”. Espero haberlo conseguido
Lo he discutido con compañeros. Lo he hablado con farmacéuticos. He leído artículos como éste de posPsiquiatría y los enlaces hacia el Hospital 12 de Octubre, el Servicio Cántabro de Salud, el Servicio Canario de Salud y el Servicio Vasco de Salud. Todos hablan del famoso 20% y tienen dudas, como se puede leer en algunos de los comentarios dejados en entradas anteriores, por ejemplo “Le pregunté a mi médico sobre una estatina de la que acaban de sacar un genérico cinco veces más barato. Me comento que a los laboratorios de genéricos les permiten utilizar hasta un 10 % menos de principio activo, vamos, una de cada 10 pastillitas les sale gratis, además de que no está probado clínicamente la variante genérica con sus excipientes y su principio activo menguado” o “Soy estudiante de 5º de Medicina y el otro día en las prácticas de Nefrología, la Nefrologa (especializada en trasplante) nos comentó que estaba muy preocupada porque a sus pacientes les costaba encontrar un medicamento de una determinada marca desde que había salido el generíco (no consigo recordar cual era, era bastante específico). Yo que pensaba que tenían que ser iguales, y ella nos dijo que podía variar hasta un 10% en la cantidad de principio activo. Supongo que no importa mucho que un paracetamol tenga 1g o 990mg, pero en medicamentos que tienen intervalo terapéutico, esa diferencia puede ser muy importante. Por eso, no entiendo como puede permitirse por ley, sobre todo en determinados medicamentos“
Es importante recalcar que un genérico no tiene hasta un 10-20% menos de principio activo sino que, como se puede leer en los distintos boletines, cuando sale al mercado un genérico, debe haber demostrado que tiene la misma composición en cantidad y calidad así como que ejerce el mismo efecto que el de marca; eso se hace con estudios controlados, normalmente cruzados y a doble ciego (ni el paciente ni el que dispensa la medicación saben quién recibe el medicamento y quién el placebo o medicamento de referencia), en grupos de 12 a 36 voluntarios sanos asignados de forma aleatoria. Se recogen los resultados y se realizan estudios estadísticos, comparando la concentración máxima de medicamento alcanzada en el organismo con el medicamento de marca y el genérico, se compara el tiempo que tarda cada uno de ellos en ser absorbido en el organismo y el tiempo que tarda en ser eliminado, viendo así el tiempo que está actuando.
¿De dónde puede venir el concepto del 20% menos de principio activo? De que por ley se establece que “para que sean bioequivalentes, se establece que los intervalos de confianza del 90% de los cocientes de las medias del área bajo la curva y Cmáx (concentración máxima) del original y el genérico deben estar dentro de los límites prefijados del 80-120% (0,8 y 1,25 en forma logarítmica)”. Para alguien con mínimas nociones de Farmacología y Estadísticas, este galimatías significa que hay hasta un +/- 20% de variación en un parámetro estadístico empleado para comparar ambos fármacos. En ningún lado pone que haya un 20% menos de principio activo ni que tenga una bioequivalencia ni biodisponibilidad menor en un 20%. Si se coge la calculadora y los datos, se ve que si hay hasta un 20% menos de principio activo no hay bioequivalencia ninguna al emplear las fórmulas estadísticas necesarias, por lo que no se cumpliría la ley y ese fármaco no sería aprobado como genérico, observándose además diferencias significativas en los ensayos clínicos.
En el boletín del Hospital 12 de Octubre se puede leer que los estudios de bioequivalencia también son usados para demostrar equivalencia entre diferentes formulaciones de fármacos de marca, por ejemplo entre la formulación usada en los ensayos clínicos precomercialización y la posteriormente comercializada, en muchos casos diferente a aquélla; o cuando se comercializa una nueva forma farmacéutica o dosificación. Es decir que el famoso y mal entendido + 20% también se aplica, por ejemplo, cuando de un medicamento de marca, hasta ahora en comprimidos, se comercializa una presentación en jarabe y tiene que demostrarse que es bioequivalente o cuando se decide sacar una pastilla que se tome una vez al día en vez de tres Vuelvo a preguntar lo mismo que en el artículo anterior: ¿por qué nadie dice nada cuando una empresa farmacéutica de marca realiza esos estudios para sacar nuevas formulaciones, por ejemplo de jarabe a pastilla, pero protestan y dudan cuando une empresa de genéricos saca el paracetamol de marca blanca?
Saco en conclusión de tu artículo que el “bulo” del 20%, se debe a una mala interpretación de la estadística por algunos médicos.
Y aunque muchos otros médicos digan una y mil veces que los medicamentos de marca son iguales que los genéricos, la gente prefiere hacer caso al médico que dice lo contrario… y es que, ¡ojo lo que nos gustan las conspiraciones!
En cuanto a tu pregunta, mi opinión es que tenedemos a asociar: de marca = mejor calidad, así que nadie cuestiona los procedimientos de las marcas, pero todos desconfian de los genéricos… me parece que es algo parecido a que la gente compra galletas de marca aunque las de Hacendado son del mismo fabricante (y lo pone en la caja!), e incluso afirman que están mejor las de marca… ¿El efecto placebo en el mundo de la repostería?
Un saludo.
Exacto, el efecto placebo. Me pregunto qué pasaría si se hiciera un estudio dando a probar uno de marca y uno genérico a un grupo de pacientes sin que ellos supieran cuál toman…
Una dudilla, Sophie, que siempre me he preguntado… ¿En qué texto legal se fija pues lo del ±20%? Lo digo porque no lo he conseguido encontrar en la ley de uso racional (la 29/2006), y no sé en qué otra norma puede venir (o si en la ley se referencia algún otro texto, que tampoco me la he leído entera ).
“10% en la cantidad de principio activo. Supongo que no importa mucho que un paracetamol tenga 1g o 990mg”
A lo mejor soy idiota y tengo la mente en otro sitio, pero el 10% de 1000(mg) es 100.
Por lo demas, me ha gustado el articulo
Me declaro culpable de ese error. Espero que profesorfrink y Sophie me perdonen, las matemáticas nunca lo harán,
Mío no es el gazapo, sino de quien comentó; yo he mantenido el comentario original
nada mejor que una buena explicación con la información clara para que se entiendan las cosas y se puedan acallar las voces que hablan sin argumentos (de oídas).
me atrevo a sugerir que un enlace a la ley no se echaría de menos.
gracias por los artículos!
¿A qué ley, el Real Decreto sobre los genéricos y tal?
Hola a todos…
A ver… tenemos un problema de marketing.
Estamos hablando que los medicamentos de marca son “los buenos” y los genericos “los malos”.
Os propongo comparar un nuevo paracetamol intraotico (me ha quedado chulo eh?)de marca: “paratuoreja” de un laboratorio con sede en Togo. Tras unos años sale el generico comercializado por Mundogen (que pertenece a GSK). No se cual de las dos os da mas confianza.
Por otro lado, lo curioso de este tema es que muchos de los principios activos tienen realmente un solo fabricante a nivel mundial, que vende este producto a varios laboratorios que simplemente lo manipulan para sacar sus pastillitas de distintos tamaños y formas.
Lo gracioso es cuando un paciente me dice que “me sienta mejor el genérico que el de marca, me revuelve menos el estómago”. Hala.
No conocía nada de la segunda parte de tu comentario. Curioso…
Pues yo no lo veo tan sorprendente. Como comenté hace unos días, sufro migrañillas de vez en cuando (el diminutivo es en plan eufemístico, porque me dejan hecha polvo). Se me alivian con ibuprofeno la mayor parte de las veces. Juro por lo más solemne que no aguanto el Espidifén en sus diferentes sabores -perdón por mencionar una marca concreta- y sin embargo doy gracias al cielo por el “ibuprofeno (arginina)” genérico en sobres de sabor neutro que me dio mi farmacéutica, a quien desde ese día adoro como a la niña de mis ojos.
Para mí, que soy una ignorantilla cualquiera, que sea de marca no significa que sea mejor, y si lo he entendido yo, creo que cualquiera puede entenderlo.
¡Saludetes amplios!
Tu artículo me parece bueno pero, en mi opinión, todavía poco claro. Está claro que ese supuesto 10-20% menor de los genéricos es simplemente un bulo, falso de toda falsedad. Y que la bioequivalencia entre genérico/marca está regulada con los mismos márgenes que la bioequivalencia entre lotes de la misma marca. Creo que es muy importante resaltar este punto, dejarlo meridianamente claro. Enfatizarlo.
Lo que es triste es que tantos y tantos médicos sigan cayendo en errores de interpretación de datos estadísticos. A pesar de los esfuerzos por incorporar la estadística al currículo formativo.
Enfatizar más, como dices, me habría llevado a alargar más el artículo y convertirlo en un ladrillo, así que en el siguiente capítulo de la serie volveré a ese punto, por si no hubiera quedado claro. Tal vez tenga que meterme a hablar de área bajo la curva y tal, para machacar más el tema
hola Sophie, es la primera vez que estoy por aquí y he llegado gracias a que en mi readeer hay un amigo que te sigue.
te cuento que soy médica, vivo en Argentina y he trabajado años en la autoridad sanitaria de aqui, en donde se realiza la evaluación de todos esos estudios que mencionas.
veo que el “problema” de biodisponibilidad es mundial… lo que se me ocurre agregar, que quizás aporte es que si bien un genérico puede tener la misma cantidad de activo que el original/innovador o de marca, no siempre contiene los mismos excipientes ni los mismos métodos de elaboración; estas dos cosas pueden hacer variar parámetros que no siempre están “medidos” en los estudios de biodisponibilidad.
dificil será cuantificar cuanta analgesia menos puede producir en una persona un paracetamol genérico pero, cuando hablamos de medicamentos con una pequeña ventana terapéutica, por dar un ejemplo, en el caso de psicofármacos, lo llamativo es que si bien los estudios de bioequivalencia dicen que son bioequivalentes se observa en la práctica que a veces, no producen el efecto terapéutico deseado, en + o en -.
Ni hablar de lo que eso significa en medicación para el VIH u oncológica… es un tema complejo que a mi entender aún no está totalmente esclarecido, me parece
Jime, el problema es que ahí participa mucho el efecto placebo, hay pacientes que cuando saben que toman un genérico, sobre todo un psicofármaco y otra serie de medicamentos, piensan que “me están dando una pastilla con menos dosis, que no me va a ir igual de bien”. Las fuertes campañas de mercadotecnia de las empresas que fabrican medicamentos “de marca” se encargan de eso. Los excipientes están para acompañar, para “hacer bulto”, no para modificar la biodisponibilidad de un producto, su farmacodinamia ni nada. Precisamente ése es uno de los puntos en los que más inciden las empresas farmacéuticas, en decir que “se usan excipientes de peor calidad que provocan que al paciente no le siente igual de bien el medicamento”. Un estudio de bioequivalencia se hace con el medicamento ENTERO, con su principio activo y sus excipientes, en pequeños grupos de voluntarios; si hubiera diferencias, se tendría que ver ahí.
Por otra parte, no recuerdo que haya genéricos en determinados grupos de fármacos porque no ha expirado la patente, cosa que pasa con los quimioterápicos, por ejemplo
Acabo de descubrir este blog, y me parece muy interesante y que quizás (nos) ayude (a todos) a aclarar(nos) con tanta “leyenda urbana” que existe sobre todo lo sanitario…
Yo soy enfermer@ y algunos aspectos de los dichos (área bajo la curva y tal) se me escapan un poco, pero me preocupan todos estos temas porque a menudo somos interlocutoras directas del paciente que nos pide aclaraciones (a veces por mayor “confianza” o “cercanía” nos consultan, en vez de a un/a médico/a) y en At. Primaria ocurre mucho, precisamente con los genéricos, entre otras cosas… Y sobre todo me preocupan porque afectan a la ética, profesional y de los usuarios, en este asunto especialmente sobre el “uso racional” y la distribución de recursos (siempre limitados y a menudo escasos). Imaginemos sólo el daño y la desconfianza que este tema implica al hablar del acceso a los tratamientos en el llamado Tercer Mundo (¿se los hacemos de menor calidad, para que sean más baratos? ¿les enviamos los “que nos sobren” o no resulten tan “buenos”? ¿admitimos menor biodisponibilidad y/o eficacia terapéutica para ellos?…)Ideas así pueden dañar mucho, más si son “bulos” como decís