No soy fumadora ni he fumado nunca. Soy alérgica al humo de tabaco, si me meto en un sitio donde se fume me pican los ojos, empiezo a estornudar y se me tapona la nariz enseguida. La nueva ley que prohíbe fumar en unos cuantos sitios me beneficia y ha hecho que salga más de bares al no sufrir los incómodos efectos del humo. Tengo amigos fumadores y he vivido con ellos sus intentos de dejar de fumar, sus recaídas en las que yo estaba al lado de la ventana o el balcón “aireándome” mientras encendían nuevamente un cigarrito.
Hace poco me enteré de una iniciativa llevada por médicos de familia, Mi vida sin tí, en la que se ofrece consejos y ayuda a quien quiera dejar de fumar. No es una tarea fácil y esta herramienta me parece muy interesante. He cotilleado en la página y la veo muy completa: preguntas más frecuentes, folletos, vídeos, un foro e incluso una lista de correo. Tal como ellos comentan, “Dejar de fumar es una de las intervenciones de más impacto en la salud de una persona. Supera con mucho otras intervenciones del sistema sanitario.”
Aquí tenéis uno de los vídeos, para haceros una idea de lo que en ese blog ofrecen:
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Enlazando con el tema de las vacunas, a mí me da pena comprobar que entre los sanitarios el índice de fumadores sea tan elevado. Desde luego, no predican con el ejemplo. En mi familia, las mayores “peloteras” por el tema del tabaco las tengo con las dos enfermeras, que también han sido las dos únicas que se han posicionado en contra de la ley recién aprobada. Endeluego, cada uno puede hacer lo que quiera, pero en su caso hay cierta carga de responsabilidad añadida que se debería considerar.
A mí me da pena y coraje, sobre todo cuando me sueltan que “de algo hay que morir”. Entiendo que sea más o menos difícil dejar de fumar, pero no entiendo que cueste trabajo tomar la decisión al ver en vivo y en directo las consecuencias de no dejar ese hábito.
Estoy de acuerdo con lo que dice el gato. No entiendo la facilidad con que la capacidad razonadora del ser humano se va al garete cuando se trata del tabaco.
A ver:
1. Fumar mata
2. Sabemos que fumar mata
3. Los fumadores son seres inteligentes
y por lo tanto….¡¡fuman!!
No sé donde falla ese razonamiento, pero a veces cuando un amigo enciende un cigarrillo delante de mi me dan ganas de arrancárselo de un bofetón.
Saludos.
Pues porque suelen pensar que “eso sólo le pasa a los que se meten entre pecho y espalda dos paquetes”, “de algo hay que morir”, “cuando yo me encuentre mal lo dejo”, “es que a mí me gusta fumar”, “pero si mi abuelo fumó hasta los 90 años y estaba hecho un roble sin problemas de salud”. Y así hasta el infinito…