(Nota: este post es pura opinión, no basada exclusivamente en mí y mi experiencia como residente, sino en muchas conversaciones de cafetería y pasillo a las dos de la madrugada junto a la máquina del café)

Un profesor de Traumatología que tuve en la carrera repetía en clase que los médicos debemos tener las espaldas amplias para cargar sobre ellas nuestros errores. Ningún médico se libra en la vida de cometer al menos un error. Puede que nos ocurra en los primeros años, de residentes, por la inexperiencia o el desconocimiento, o más adelante de adjuntos. Nunca se sabe.

En ciertos momentos sabes que es fácil cometer un error. Ocurre cuando estás nervioso con varios vasos (de plástico) de café en el cuerpo y es madrugada en Urgencias, llevas ahí sin parar desde las ocho o las nueve de la mañana, has ido al baño dos veces, has almorzado en 15 minutos. O de guardia, si haces la guardia solo sin compañero de apoyo, con el adjunto “localizado” ( él duerme en su domicilio con un busca cerca…no está físicamente a tu lado). Tú, tu cansancio, las cuatro de la mañana y un paciente o varios que están muy malos. El cansancio puede hacer mella. Vas más despacio que nunca, repasas todo varias veces pero…se te olvida poner algo en el tratamiento o un detalle en la exploración del paciente. O la falta de experiencia te juega una mala pasada. Esto ocurre especialmente cuando eres residente, un adjunto se da de baja y “como estamos en crisis” no contratan a nadie y te toca cubrirle…tú con tu fonendo, tus guías en el bolsillo y tus ganas. Se supone que estás supervisado por otros adjuntos, pero no siempre es así.

También están los fallos por falta de conocimientos, bien porque uno se haya centrado mucho en su especialidad y haya olvidado que la Medicina no se puede practicar “a cachitos”, nadie es “cachitólogo” puro. Por ejemplo en mi caso, para ser buena hematóloga debo ser buena internista y buena cirujana, si no sé por qué diablos le sube o le baja el potasio a un paciente o cómo es el proceso quirúrgico de la colocación de una prótesis de cadera no puedo valorar bien a un paciente anciano pluripatológico al que pongo quimioterapia o ha sido intervenido recientemente y presenta sangrado por la herida quirúrgica. Este caso lo considero el más peligroso, en el que es fácil cometer una negligencia porque no se prevé el daño que se va a cometer, pero con la formación que se posee se podría haber previsto.

¿Cuál es la forma de minimizar y/o evitar errores? Estudiar, porque un médico no deja de estudiar y repasar, lo que no se practica se olvida con facilidad. Recurrir a los compañeros y pedir ayuda cuando uno se vea limitado en sus conocimientos, la soberbia médica es uno de los pecados que más daño hacen. Hacer las cosas con esmero, de forma escrupulosa, sin olvidar ningún pasito. Apuntarlo todo, es fácil que con un listado de 12 pacientes por ver en una mañana de planta se nos olvide un detalle. Mucho café y mucho aguante.

Contra la falta de personal en los hospitales, la sobrecarga de trabajo que hace que la calidad haya disminuido tanto y el intento descarado por privatizar la Sanidad poco a poco, me temo que no podemos hacer nada.

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5 opinaron sobre “Errores médicos

  1. Muy buen post :) Nos viene de perlas para los que empecemos la residencia dentro de un mes y medio.

  2. Yo no soy médico, pero mi mejor amiga sí. Creo que quita bastante el sueño, al menos lo que le intuyo. Se llega siempre a echar espaldas amplias o a la fuerza obligan?

  3. Cristina, muchas gracias. Mucho ánimo y pensad que con horas de estudio y vocación esta profesión es bastante bonita.

    Biónica, las espaldas amplias se adquieren con el paso del tiempo…no te queda otra. Cuando empiezas la residencia crees que lo sabes todo, que has estudiado lo suficiente y eres inmune a los fallos. En el segundo año te piensas dos veces las cosas. En el tercer año eres consciente de que no lo sabes todo y gastas más culo y codos que nunca estudiando.

  4. Hola Sophie. Muchas gracias por hacer le esfuerzo de escribir esta entrada.
    Aunque ajeno a la profesión, el sentido común me dice que el error es inevitable y además tremendamente delicado en vuestro oficio.
    De todas formas, y esto también es una opinión personal, no es lo mismo un error por la dificultad de la situación (cosa comprensible por casi todo el mundo) que por dejadez (perseguirse hasta la última consecuencia). Tampoco es lo mismo que simplemente no te lo cuenten que ha habido un error (no hay motivos para saberlo todo) a que te nieguen algo que uno está viendo y además se intente tapar.

    Nos falta mucha cultura para tolerar el error y eso hace que lo tratemos de ocultar a toda costa. No sé cómo os marca profesionalmente reconocer un error (personalmente debe ser terrible) y quizá sea un temerario que en los tiempos que nos movemos os pida que tratéis como os gustaría que os tratasen (si os dejan los jefes claro) que para eso hay unos seguros de responsabilidad que os cubren y os ayudan en estos casos (espero).

    De todas formas, muchas gracias a todos aquellos que cada día se esfuerzan por hacer todo lo que está en sus manos porque independientemente del resultado final hacéis que los demás nos sintamos mejor.

  5. LT Los errores por dejadez son, simple y llanamente, negligencias. Personalmente, darnos cuenta de que hemos cometido un error es algo terrible, nunca se olvida la cara del paciente ni las circunstancias en que se cometió el error.Si uno es lo suficientemente humilde, repasa el caso y estudia para que no le vuelva a ocurrir nunca más .
    Profesionalmente también marca porque la confianza en uno mismo como profesional flaquea. Además, tus compañeros pueden ver tu fallo como un “nos podía haber pasado a cualquiera” o como un “menudo petardo, no tiene ni idea”.
    Todos estudiamos la misma carrera, pero la forma de ser y de tratar a los demás la traemos de nuestra casa. Uno no puede pensar que “no le va a pasar nada” si se equivoca porque existan los seguros de responsabilidad, más bien debe pensar que debe evitar en lo posible equivocarse porque eso afecta a la salud y la vida de otra persona.

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