El pasado jueves tuve ocasión de leer este artículo gracias al enlace que dejó Enrique Coperías en su twitter, recordando una idea de la que ya había oído hablar en un congreso.

Los glóbulos rojos son células abundantes en nuestro organismo, con una vida media de 120 días. Al ir circulando en el torrente sanguíneo en el interior de arterias y venas, recorren todo el cuerpo, llegando prácticamente a todos los rincones. En la última etapa de su proceso de formación pierden el núcleo, convirtiéndose en unas células muy flexibles con aspecto de donut (sin llegar a formarse del todo el agujerito central).

Basándose en las características mencionadas en el anterior párrafo, en el Instituto Whithehead de Cambridge (EEUU) introdujeron una serie de genes en el interior de glóbulos rojos en proceso de formación para que sus núcleos fabricaran unas proteínas que se anclaran a la superficie de esas células. Posteriormente, al madurar los glóbulos rojos y expulsar su núcleo, las proteínas permanecerían ancladas a su superficie, sirviendo de gancho para transportar sustancias terapéuticas como fármacos o anticuerpos que pudieran ejercer su función con mayor facilidad y durante más tiempo de lo que hacen actualmente viajando solos por la sangre.

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- ¿Y a qué te dedicas?

- Soy residente de Hematología.

- ¿Dermatología?

“Malditos brackets. Hablo como si tuviera una papa en la boca” - No, Hematología, la especialidad de la sangre. Ya sabes, anemias, leucemias…

- Ah, los que hacéis trasplantes de médula ósea entonces,¿no?

- Eso es.

- Qué guay, eso debe ser súpercomplicado. A un amigo de mi hermana que tenía leucemia le hicieron un trasplante hace seis meses y está genial.

- Claro que sí.

- Lo que avanza la Ciencia, oye, porque eso del trasplante es de hace poco, ¿no?

- No te creas, todo ese asunto empezó de verdad en los años cincuenta con unos ratoncitos.

- ¿Ein?

- Sí. Ya llevaban tiempo haciendo experimentos para ver cómo recuperar la capacidad de producir células sanguíneas sanas, pero no daban con la tecla: irradiaron por completo un ratón cargándose todas las células de la sangre pero protegiéndole el bazo para ver cómo después se recuperaba, irradiaron un ratón y luego le trasplantaron el bazo sano de otro ratón…A alguien se le ocurrió irradiar unos ratones y tras dejarlos “secos”, les inyectó células de médula ósea de otro ratón de la misma raza.

- Ajá.

- Bueno, pues esos ratones no murieron, porque las células de médula ósea se agarraban al hueco que les correspondía en el interior de los huesos, se “injertaban”, creían y se ponían a producir glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas como locas.

- Qué maravilla.

- Ya te digo. Ahí comenzó de verdad esta historia. Porque el siguiente paso fue “cargarse” todas las células, tanto las enfermas por leucemia como las sanas y “resetear” el sistema de producción de todos los elementos de la sangre, esta vez con células sanas.

(Nota: he simplificado y abreviado al máximo. Quien quiera conocer más detalles de la historia del trasplante de progenitores hemopoyéticos, popularmente conocido como trasplante de médula ósea, que bucee en las referencias que doy).

REFERENCIAS:

1. Lorenz E, Uphoff D, Reid Tr, et al. Modification of irradiation injury in mice and guinea pigs by bone marrow injections. J Natl Cancer Inst 1951; 12: 197–201. También publicado en la revista Radiology, se puede leer el abstract gratis aquí

2. Jaime Fagundo J C, Dorticós Balea E, Pavón Morán V, Cortina Rosales L. Trasplante de células progenitoras hematopoyéticas: tipos, fuentes e indicaciones. Rev Cubana Hematol Inmunol Hemoter [revista en la Internet]. 2004 ; 20(2). Se puede leer online aquí.

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lam- Hola, buenos días, venía a donar médula ósea.

- Hola, espere un momentito que ahora le atiende el médico.

(Cinco minutos en la sala de espera. Llega un médico).

- Buenos días, venía usted a donar médula, ¿verdad?

- Sí, sí.

- Pase por aquí, por favor. ¿Conoce los requisitos para la donación de médula ósea o le han hablado algo del tema?

- Pues la verdad es que no, me enteré hace poco de que eso se podía donar. Mire, es que la hija de una vecina mía de la calle tiene leucemia, la chiquilla lleva un mes ingresada en el hospital y su padre me comentó que estaban buscando un donante de médula ósea.

- Ajá.

- Así que venía a donar mi médula, por si le pudiera servir.

- Verá, las cosas no son así.

-¿No?

- No. Cuando una persona llega a donar médula ósea le explicamos en qué consiste el procedimiento, pero sobre todo recalcamos que no se puede hacer una donación dirigida, decir que se quiere donar para alguien en concreto. Esa médula ósea que se dona puede enviarse a cualquier hospital, a cualquier paciente para quien sea compatible y lo necesite.

- Perdone, pero es que yo quiero donar específicamente para esta chiquilla a quien le hace falta, no a un desconocido.

- Pues lo siento, porque la ley indica que no se puede hacer, la donación es altruista, anónima y confidencial.

- Ah…

Esta conversación está basada en hechos reales. Llegan personas con el alma en vilo porque algún conocido padece leucemia (por ejemplo) y le gustaría donar su médula ósea para ayudarle. Cuando les explican que esto no es así, se quedan bastante chafados. Muchos deciden, aún así, enterarse de cómo es el procedimiento de donación. Se les entrega el consentimiento informado y se les explica. Para donar no es sólo necesario tener buena voluntad, sino una buena salud que impida que la donación le perjudique a uno mismo o al futuro receptor. Deben permitir que se les extraiga una muestra de sangre para analizarla, ver si tienen alguna enfermedad transmisible (virus de la hepatitis, VIH, por poner dos ejemplos), además de comprobar las características que presenta para compararlas en un futuro con las de la sangre del paciente que necesite un transplante y así ver la compatibilidad.

Ojalá hubiera suerte y esa médula donada le sirviera a la chiquilla con leucemia…

 

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