Ocho momentos clásicos, ocho. No sé qué tiene ese número que me encanta, quizá por ser tan redondito, tan infinito…ocho.
1. Estar enganchados a la página del Ministerio y darle a F5 continuamente para ver quién elige y qué plaza coge. Marujeo internetero al máximo. Porque qué raro que Fulanito haya cogido tal especialidad si siempre dijo que quería esta otra, o no le ha dado para lo que quería o le ha entrado la numeritis, te lo digo yo que en clase me sentaba justo al lado. Eso es muy importante para nosotros, despellejar a esa persona. Si ha escogido Derma o Plástica no ha sido porque le guste y se lo haya currado para cogerlo, lo ha cogido porque le ha entrado numeritis y quiere calidad de vida y que la banda sonora de su vida sea el sonido de la caja registradora.
2. Aplausos cuando alguien con un buen número coge plaza en una especialidad que, teóricamente, cogen gente con números peores. Si alguien con un 300 coge Microbiología, aplausos. Si alguien con un 400 coge Anatomía Patológica, aplausos. Si alguien con un 500 coge Medicina de Familia, aplausos.Si con un 600 coge Hidrología, aplausos. Pobrecito, pudiendo coger una especialidad con más glamour y solera, conformarse con eso…merece nuestra lástima.
3. No querer decirle al que está a tu lado, a punto de escoger plaza, cuál es la namber guan de tu lista, no vaya a ser que de repente le entre el síndrome “culito veo, culito quiero” y te quite tu plaza en las narices. Miente, miente, dile que quieres Hidrología en Cuenca.
4. Los repetidores del MIR. Con o sin especialidad previa. Si ya tiene una especialidad, odiarle a muerte, ¿por qué no se queda con lo que tiene, se conforma, en vez de jodernos a los pobrecitos que cogemos plaza por primera vez? Verás tú como me quite mi plaza en mis morros…
5. Mirar con ira contenida a los extranjeros. Claro, vendrá con expediente inflado y por eso va unos puestos por delante, a esta gente les tendrían que dejar escoger sólo las plazas sobrantes del final, las que no queremos los españoles.
6. Sufrir un tako-tsubo cada vez que nombran la plaza que queremos y relajarnos después al ver que es en otro hospital. Estar a punto de sufrir otro al mirar de reojo la lista del que elige justo antes y ver que TU plaza está en ella.
7. Rezar para que ese compañero que te caía tan mal en la facultad no termine siendo tu coerre. Porque como lo termine siendo, los cuatro próximos años van a ser lindos…
8. Fiesta de varios días de duración tras tener la plaza en la mano. Anunciarlo en todas las redes sociales.