Circula por internet un correo en el que se habla de un caso de leptospirosis por contaminación de una lata de refresco. Al parecer, en el sitio en el que se habían almacenados había ratas y una de ellas que estaba infectada por leptospira orinó sobre una lata, causando la infección de la persona que posteriormente bebió de ella sin limpiarla previamente.Existen varias versiones de este popular correo, y aunque contiene elementos reales, hay otros que hacen sospechar que puede tratarse de un hoax más.

La leptospira es una bacteria con forma de hélice o sacacorchos, no un virus como se comenta en algunos correos. Cuando se estudia su transmisión, se ve que se da fundamentalmente por aguas contaminadas por animales infectados por esta bacteria, sobre todo roedores y animales domésticos. Es una bacteria que requiere unas determinadas condiciones de humedad, temperatura y pH para poder sobrevivir en el ambiente, de manera que es mucho más frecuente en los países tropicales que en el nuestro y dentro de España se da más en zonas de alcantarillado, aguas residuales, aguas estancadas, etc.

Cuando una persona se infecta con leptospira, en general muestra fiebre de repente, con escalofríos, dolor muscular, dolor de cabeza , tos seca en algunos casos, náuseas, vómitos y diarrea en la mitad de los casos y conjuntivitis. En algunos casos se pueden presentar aumento de tamaño del hígado, bazo o ganglios linfáticos acompañados de dolor de garganta y erupción cutánea. Son síntomas que remiten con el adecuado tratamiento antibiótico y es raro que la enfermedad se complique y se produzca la muerte, sobre todo de manera fulminante, como se asegura en el correo. Si quieren saber más sobre el tema, pueden echar un vistazo aquí.

Si examinamos el envasado de las latas de refresco, observamos que vienen agrupadas en seis latas por lo general, recubiertas por un plástico. ¿ Es posible que en esas condiciones una rata orine encima y contamine la lata? Y en el caso de que las latas estuvieran almacenadas sin el plástico protector y efectivamente una rata orinara y contaminara la lata de leptospira, ¿nadie detectaría ese olor en su lata de refrescos? No he tenido la oportunidad de percibir ese olor, ni quiero tenerla, pero por lo que me han comentado es muy característico y penetrante. Estoy de acuerdo con lavar o limpiar la parte superior de las latas si no se conoce bien o se desconfía del método de almacenamiento y la higiene del lugar de almacenaje, o si se observa polvo o suciedad, pero una cosa es ser prudentes y otra totalmente alarmistas.

¿Y vosotros qué opináis?

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Empezamos Septiembre con un tema “ligeramente” polémico: quienes somos médicos o estudiantes de Medicina, ¿respetamos la intimidad de los pacientes y somos discretos a la hora de poner un ejemplo sacado de la práctica clínica?

Hace unos días, Rinzewind tuvo la amabilidad de mandarnos a EC-JPR y a mí el enlace al siguiente artículo donde se hablaba de este tema. Copio y pego el primer párrafo:

Es difícil saber con exactitud cuántos de los 70 millones de blogs que existen en la actualidad en Internet están dedicados a la salud. Pero sí se puede asegurar con certeza que es una moda creciente a la que se han apuntado también los profesionales sanitarios, dispuestos a plasmar en estos diarios ‘on-line’ sus vivencias profesionales. Un análisis de varios cientos de ellos revela que esta práctica puede poner en peligro la confidencialidad de los datos de los pacientes.

Más adelante, en el mismo artículo, la autora ( María Valerio) afirma que:

Un equipo de la Universidad de Pensilvania (en EEUU) ha analizado 271 blogs médicos para comprobar si violan algunos principios éticos de la Medicina.

Pacientes reconocibles

Sus conclusiones señalan que, con demasiada frecuencia, los galenos revelan suficiente información de sus pacientes como para que estos sean reconocibles; en 42% de los revisados se describían casos particulares. En tres de los casos incluso se publicaron las fotos de los pacientes, y en otros ocho los médicos habían ‘colgado’ en su blog alguna radiografía (sin ningún otro dato personal adicional que permitiese identificar de quién se trataba).

El 56,8% de los blogs contenía información suficiente para reconocer a su autor, y también era fácil acertar su especialidad y la identidad de algunos colegas citados. En el 17,7% de los casos se hablaba de los pacientes en un tono negativo.

En ese punto reconozco que empecé a ponerme nerviosa. No por mí, que en casi un año de vida he evitado a toda costa hablar de casos concretos e incluso poner ejemplos de pacientes reales o ficticios, sino por la incomodidad de pensar que esto se pudiera dar, cuando no conozco ningún caso en el que ocurra. Llamadlo barrer para casa, defender a los míos, cerrar filas o lo que sea, pero no me gusta que se ataque a mis futuros compañeros de profesión alegremente ni me gusta ver que éstos sean negligentes o indiscretos.

Empecemos por un principio básico: la carga de la prueba incumbe al que afirma. Leído el artículo de cabo a rabo ( venga, no seáis flojos, leed el enlace :P ), la primera pregunta que se hace cualquier persona es: ¿de qué fuente se ha sacado esa información? ¿Hay pruebas que sostengan una acusación de ese calibre? En el artículo se ve claramente que no. Sólo hay un enlace a la revista de la que supuestamente salió el artículo donde se comenta y critica esa presunta práctica nociva que tendemos a tener los médicos/estudiantes de Medicina blogueros, pero no enlace directo a ese artículo, que no es nada fácil buscar. ¿Y cómo se ha hecho esa investigación, está bien diseñada, se ha escogido una población suficientemente numerosa para preguntar e investigar?¿Y se han evitado sesgos que inclinen los resultados hacia un resultado u otro? Vete tú a saber, porque eso no se especifica. ¿Y es a nivel nacional o internacional? Eso tampoco se sabe.¿Y cómo se buscaron y eligieron los blogs para estudiarlos? Pues ni idea. Resumiendo: no tiene enlace a ningún documento donde se demuestre lo que afirman, ningún enlace hacia el equipo de Pensilvania que ha sacado esas conclusiones ni directamente hacia el análisis que dicen que se ha hecho, porque no me vale que enlacen la revista pero no el artículo directamente; no queda claro si se refieren a nivel mundial, nacional, si han estudiado sólo blogs escritos en inglés o en cualquier otro idioma. Mal empezamos.

Conozco bastantes blogs médicos, escritos por médicos o estudiantes de Medicina. En el cuadro de enlaces ( blogroll) que hay a la derecha, podéis encontrar unos cuantos. Pocos hay que pongan casos clínicos o ejemplos y me consta o sospecho que los datos son inventados o están suficientemente distorsionados como para no reconocer al paciente. Y que por ética y legalidad, quien publica una fotografía o una radiografía pide permiso para hacerlo (en Medicina Legal, quien no guarde el secreto médico o divulgue datos sin su consentimiento se le puede caer el pelo). Haciendo una broma irónica: ¿creéis que alguien que se ha tirado 6 años calentando el banquillo de su facultad, unos cuantos meses u otro año calentando la silla de estudios para prepararse el MIR y cuatro o cinco añitos de residente aguantando muchas guardias de puerta va a tener ganas de jugárselas de esa forma?

Dicho todo esto, ya puede saltar alguien y decir “ya está, ya viene Sophie a decir que los periodistas escriben como les da la gana, les pone a parir y dice que escriben sin saber de lo que está hablando”. Pues no, afortunadamente no es así, hay buenos periodistas que se preocupan por informarse, por documentarse y en caso de duda, preguntan a alguien que sí sepa ( Inciso: oigo risitas irónicas al fondo y creo haber oído a alguien comentar que esos periodistas tan “buenos” son minoría). Pongo un ejemplo personal: cada vez que añado un detalle que no sea médico, recurro a los chicos de HomoScience. Es lógico pensar que yo no soy experta en Física, Matemáticas, Psicología, Entomología, Biología, etc. No critico a la autora del artículo, critico que haya omisiones y sesgos bastante claros. Hubiera sido preferible que se extendiera un poquito más, colocara unos cuantos buenos enlaces y así demostrara punto por punto todo lo que afirma. Siendo un artículo periodístico, escrito en un periódico con edición digital, tiene una difusión tremenda, mayor que la que pueda tener esto que yo escribo. ¿Cuántas personas lo leerán y creerán a pies juntillas sin contrastar? En ese momento cobra sentido la frase “ir con la escopeta cargada”, aunque yo diría que con el trabuco del abuelo…

Os invito a hacer dos cosas: la primera, dar vuestra opinión. La segunda, darme el enlace a algún blog médico donde se practique lo que el artículo denuncia, bien en un comentario o bien mandándome un correo. Y si alguien escribe sobre el tema, que me avise para enlazarle y comentarle, porque este tema me hierve la sangre.

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A través de Medgadget supe de la existencia de esta página, donde se pueden ver imágenes curiosas, modificadas, que podrían pasar por verdaderas. Son fotos que podrían formar parte de buenos hoax y que llaman mucho la atención por su ingeniosidad y lo bien modificadas que están.

Un corazón “clásico”

Un feto que desde el útero ya tiene claro que le apasiona la música

No olvides lavarte los dientes…

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