Este artículo tiene dos partes, una de enamoramiento humano y otra de enamoramiento animal. El artículo completo se puede leer en Museo de la Ciencia, aquí os presento qué es lo que ocurre cuando los seres humanos nos agilipollamos, perdón, nos enamoramos.

Hoy os vamos a hablar de un tema totalmente médico (eh, que el enamoramiento se estudia en Sexología,disciplina que se estudia como optativa en algunas facultades de Medicina). Advertidos quedáis de que tiene abundantes dosis de ironía y empalagamiento (sí, id a por una dosis de insulina rápida, quizá la necesitéis).

¿Qué nos pasa cuando nos agilipollamos, perdón, nos enamoramos?

Pues para e
mpezar no paramos de tener pensamientos repetitivos con nuestra parejita que invaden la conciencia, el famoso “no me lo puedo quitar de la cabeza”. Se produce también una idealización de nuestra media naranja, de tal forma que parece que de repente todo lo hace maravillosamente, nadie cocina mejor, nadie anda con más garbo, nadie viste con más elegancia (suspiros). Aparece un deseo de conocer mejor a nuestro amor, de saberlo todo-todito-todo, amén de querer que nos conozca mejor que nadie Lo necesitamos. Además de amar queremos ser amados, y nada de mirar a otros posibles candidatos, ¿eh? Que si no, nos entran los celos.

Eso sí, ellos no dejarán de mirar a otras aunque esté
n enamorados. En cambio ellas sólo tendrán ojos para su amorcito. Y no es esa la única diferencia, parece que los hombres se enamoran más rápido que las mujeres, y pueden llegar a ser muy apasionados al contrario de lo que se suele pensar.

Además no son ambos iguales en lo que a celos se refiere. A ellos les duele más una infidelidad de tipo sexual, es decir, que ella practique sexo con otros (60 %). Ellas en cambio, lo que menos soportan son las infidelidades de tipo emocional, es decir, apego emocional de la pareja con otra posible pretendiente. Esto es lo que podemos deducir al menos de las investigaciones de Buss (citado en Pervin, 1998, p. 151). Aunque nuevas evidencias parecen poner en duda estas afirmaciones (Lishner et al., 2008).

El enamoramiento se acompaña de atracción sexual y también de una predisposición a ayudar en lo que desee esa persona tan maravillosa detrás de la que and
amos. Vamos, si nos pide que aplaudamos con la oreja y no sabemos, hacemos el cursillo pertinente para aprender a hacerlo, faltaría más, ois.

¡La de historias que se nos pueden ocurrir! Y es que otra cosa no, pero imaginarnos situaciones ficticias nos encanta. Situaciones en las que nosotros somos los protagonistas junto con nuestra pareja, la imaginación echa a volar y nos podrían contratar como protagonistas de telenovelas pastelosas. Aunque estas fantasías suelen ser algo diferentes en ellos y ellas. Ellos meten algo más de contenido sexual que ellas, o al menos eso es lo que dicen (otra cosa es que sea cierto…coff, coff).

No sólo nos gusta imaginarnos con la persona que queremos, sino que intentamos estar el máximo tiempo con ella, aunque sea para hacer algo que no es lo que más nos guste, que si a tí no te gusta ir a la montaña y tu novio está en un club de montañismo, tú vas aunque sea con tacones y te ganes el apodo de Barbie Montañera, y si te duermes en el teatro pero a tu novia le encanta ver Otelo representado, tú vas aunque te tengas que tomar doce cafeles seguidos y hacer un sobreesfuerzo por no bostezar ni ponerte a mirar el techo.

Tenemos siempre muy presente a la persona amada. Si recordamos cómo funciona la memoria, tendemos a recordar mejor aquello que repasamos con mayor frecuencia y aquello que es importante para nosotros. Y es que nos tiramos todo el día pensando en nuestro amor, y además no hay nada más importante, tenemos un examen al día siguiente y estamos con el hilito de baba colgando, recordando ese lunar tan bonito (suspiro)

Por eso, cuando a algún enamorado le hacen el juego ese en el que preguntan: “dime el primer nombre de alguien del otro sexo que te venga a la cabeza”, la respuesta suele ser el nombre de su amorcito. ¿Nunca os habéis encontrado con este tipo de juegos? Luego se sorprenden mucho cuando les dicen que la solución es, que el nombre que han pensado es el de la persona a la que quieren (claaaaaro, claaaaaaro). Y es que cualquier cosa nos recuerda a esa persona especial, abres el bote de colacao y recuerdas que tu cielín se toma uno cada noche antes de irse a la cama a soñar contigo.

Aparentemente también podemos tener falta de atención, y es que puede que la atención esté constantemente en otra parte. Es lo que se llama falso déficit de atención debido a que nuestra atención se focaliza de forma continuada en nuestra querida pareja. Vamos, lo que se conoce popularmente como estar a por uvas o estar en la parra.

Es curioso ver también cómo nos comportamos. Sonrisas nerviosas cuando nos cruzamos con la persona deseada. Miradas tímidas en ellas. Miradas directas en ellos, con miradas poco frecuentes y de larga duración. Cierto descontrol y torpeza. Podemos encontrar aquí un vídeo sobre el tema.

Y que nadie nos lleve la contraria o nos impida ver a nuestro amorcito, porque el amor puede llevarnos fácilmente a crecernos ante las dificultades, y puede que los sentimientos se vuelvan más intensos. ¿Acaso las grandes historias de amor no fueron sobre amores prohibidos? ¿Hubieran dado para tanto Romeo y Julieta si hubieran podido contraer matrimonio?

Hasta ahora nuestra experiencia personal, pero, ¿qué pasa por dentro? ¿Qué ocurre exactamente en esa fiesta que se montan a nuestra costa las hormonas y los neurotransmisores?

En un principio se da la atracción, el flechazo, ese momento en el que dos personas se miran y “uis, siento maripositas en el estómago”. En ese momento, el cerebro produce cantidades ingentes de feniletilamina, un compuesto de la familia de las anfetaminas que, curiosamente, se encuentra en cantidades generosas en el chocolate ( de ahí que cuando se rompa una relación sea un recurso muy socorrido, junto con las tarrinas de medio litro de helado, aunque se duda que haya cantidad suficiente para provocar ese efecto y quizá sea más efecto placebo que otra cosa). La feniletilamina causa la euforia y la excitación inicial, ese estremecimiento que nos entra cada vez que vemos a la persona que nos atrae, esas maripositas en el estómago. Además, da comienzo a todo el proceso: se segregan cantidades mayores de dopamina que es la encargada de los mecanismos de refuerzo que nos llevan a repetir aquello que nos da placer, como besar a nuestra pareja, nos motiva a estar más tiempo con ella, además de prolongar esa sensación de placer, emoción y euforia junto con estar más pendiente de todo lo que atañe a nuestra media mandarinita; la adrenalina, que nos pone el corazón acelerado en cuanto vemos a nuestro cariñín o nos hace ponernos a dar saltitos por la habitación como quinceañeras cuando recibimos un sms del cariñín dichoso, además de disminuir drásticamente el apetito y dar una vitalidad increíble. También se dispara la oxitocina, encargada del deseo sexual y del estrechamiento de los lazos afectivos. Todos estos neurotransmisores combinados forman un cóctel explosivo que hace que nos tiremos horas hablando y “sumergidos en las mieles del amor y la pasión”, por decirlo poéticamente, sin cansarnos ni tener sueño. La vasopresina también hace de las suyas, y es que está muy relacionada también con el enamoramiento y los lazos afectivos, al igual que la oxitocina. Y que no se nos olvide la testosterona, incitadora del deseo sexual.

Sin embargo, esa borrachera amorosa no dura toda la vida, sino que llega un momento en el que nos hacemos resistente a ese cóctel explosivo, q
ue los receptores que hay en el cerebro para esos neurotransmisores se saturan y no dan más de sí, con lo que la respuesta es menor o nula. Es entonces cuando hacen su efecto las endorfinas, que son las que nos dan esa sensación de sosiego, de calma, de estabilidad, pasando del enamoramiento explosivo y brutal al amor tranquilo y sereno. También conservan un papel importante en esta fase la oxitocina y la vasopresina, encargadas como hemos mencionado de los lazos afectivos.

Hablando de estructuras encefálicas relacionadas con el enamoramiento podemos decir que tiene gran importancia el circuito de Papez en el sistema límbico. ¿Lo cuálo? Que nadie se asuste: el circuito de Papez es el nombre que recibe un conjunto de estructuras nerviosas dentro del cerebro que se encargan de las emociones. Además, también es importante el Área Ventral Tegmental, en el tronco encefálico (porque modula el circuito de Papez). Para verlo mejor, pinchen en la imagen de la izquierda.

Sin embargo, también la corteza cerebral tiene su papel, de hecho ¿no es ahí en la corteza donde de hecho comienza el enamoramiento? Podemos encontrar un vídeo interesante sobre todo lo mencionado aquí. (Si alguien se ha liado en este apartado, que no se preocupe, que levante la manita y nosotros aclaramos lo que haga falta)

¿Soy superficial? ¿En qué me fijo, en el físico o en la personalidad?

Supongo que este comentario nos lo han hecho alguna vez a todos. Y es que parece que está mal visto casi, que alguien se fije en otra persona por su aspecto físico. Igual ayuda para ver este punto, ponerlo en perspectiva y analizar qué es lo que hacemos la mayor parte del común de los mortales. La mayoría de nosotros, ¿nos fijamos en el físico o en las cualidades personales más intangibles?

Los modelos basados en pasos a modo de filtros, proponen que ni una cosa ni la otra. Que lo primero en lo que nos fijamos al buscar pareja es en el aspecto físico, pero que esto es sólo el primer paso. Es decir, que tener buen físico suele ser normalmente un requisito, pero no algo suficiente.

No nos fijamos por lo tanto en el físico o en la personalidad. Nos fijamos primero en el físico y luego, pasado el “filtro”, ya buscaremos en otros aspectos. Pero si la persona no nos atrae físicamente lo más mínimo, poco se puede hacer. Por lo menos es así en la inmensa mayoría de los casos.

De hecho Zeki (2007) comenta cómo el enamoramiento, el amor erótico y la belleza están relacionados. Y es que en los tres parecen trabajar áreas comunes como son el cortex orbitofrontal, el cortex cingulado anterior y la corteza insular.

Podemos estar tentados en pensar, que pueden existir diferencias en la importancia que se le da al atractivo físico, entre un sexo y otro. Sin embargo, en un estudio reciente (Johnsson et al., 2008), se comenta que las diferencias entre sexos en la demanda de atractivo físico en la pareja, parecen frágiles e influenciables por factores culturales.

Algunas ideas curiosas sobre el enamoramiento

La fisiología del amor y las emociones ha sido bastante estudiada. Stanley Schachter fue uno de los primeros en proponer una teoría fisiológica cognitiva de la emoción junto con Jerome Singer, en la cual según él en el enamoramiento intervienen la activación determinados mecanismos como los del circuito de Papez, el sistema simpático, hormonas… Cuando las personas perciben estas reacciones fisiológicas, ese revoltijo de sensaciones y emociones, interpretan qué es lo que les está pasando. Es lo que se conoce como la teoría de la activación cognitiva de Schachter-Singer.

Si la razón es clara la interpretación tenderá hacia esa explicación, si la razón no es tan evidente, la explicación será construida por el sujeto en parte en base al entorno (el contexto) y su experiencia previa. Por ejemplo, si damos a un grupo de personas una droga que les provoque taquicardia y efectos euforizantes, y les explicamos que es debido a una droga, ellos se explicarán a sí mismo que lo que sienten es por la droga que les han dado. Sin embargo, si les damos exactamente la misma droga pero no les comentamos nada, ellos dirán que simplemente están eufóricos. Si no les explicamos nada y en el momento en el que están eufóricos por los efectos de la droga les presentamos una moza (o un mozo) de buen ver…pensarán que Cupido pasó por allí y por eso están así de felices.

Existe un curioso experimento hecho por Dutton y Aaron (1974) que no deja de ser intrigante. Hicieron que una atractiva encuestadora se pusiera a hacer encuestas en dos puentes diferentes. Uno bien seguro, bajo, de hormigón, que cruzaba por encima de un riachuelo. El otro era un puente colgante de madera que cruzaba un cañón peligroso.

En el medio de ambos puentes la entrevistadora les preguntaría a los hombres si podía hacerles unas preguntillas. Después de las preguntas, la mujer daba su número de teléfono para que aquellos que quisieran conocer en qué consistía el estudio pudieran llamar y enterarse. La hipótesis de los investigadores consistía en que una mayor activación fisiológica producida por estar en un puente de madera sobre un cañón peligroso, sería interpretada por muchos como una reacción a la encuestadora. ¿Sería cierto? No sé, pero el caso es que muchos más hombres de los que cruzaron el puente de madera llamaron y muchos de ellos por lo visto la invitaron a salir.

Este experimento es curioso, pero ¿qué hay de verdad en todo esto? De las causas de lo ocurrido en el experimento no sabríamos qué decir, pero parece ser que de alguna forma sí que se realiza una interpretación de las emociones, como en el caso del enamoramiento, es decir, sentimos algo e intentamos explicarnos a nosotros mismos por qué estamos así. Dicha interpretación podrían tener cierta influencia en la forma en que las personas lo experimentan. Además, en gran medida esa interpretación puede estar mediada por factores culturales. Las formas de manifestar dicho amor en sociedad también pueden variar en función de la cultura, pero la naturaleza última del mismo es la misma.

Por otra parte el aprendizaje previo de una persona puede tener que ver también en el proceso de enamoramiento. Todos hemos visto en el cine cómo alguien se enamora de una persona que le recuerda a otra que perdió. Podemos encontrar interesante este vídeo al respecto (bueno se habla de otra cosa, pero guarda cierta relación). ¿En qué medida puede nuestro aprendizaje llevarnos al amor? De ahí que se diga que la experiencia es un grado y que con el tiempo vamos aprendiendo qué nos gusta, qué no nos gusta y qué debemos tener en cuenta a la hora de evaluar a un/a posible candidato/a a media mandarina.. Puede que incluso de forma más o menos inconsciente, planifiquemos o tengamos una idea formada no sólo de quien queremos enamorarnos, sino también de las circunstancias en las que nos gustaría enamorarnos.
Para terminar, una cita de Antífanes, “Hay dos cosas que nadie puede ocultar: que está borracho o que está enamorado”.

Artículo escrito por Sophie, Carlos y Héctor. Revisado por Brainy.
Dedicado con todo mi amor a mi “parejito”. Por toda la química que sentimos desde la primera conversación :)

Fuentes:

Dawkins, R. (2002). El gen egoísta. Barcelona: Salvat Ciencia.

Dutton, D. & Aron, A. (1974). Some evidence for a heightened sexual attraction under conditions of high anxiety. Journal of Personality and social psychology, 30, 510-517.

Esch, T. & Stefano, G.B. (2005). The Neurobiology of Love. Neuro Endocrinol Lett. Jun;26(3):175-92.

Johnsson, J.I., Gustavsson, L. & Uller, T., (2008). Mixed Support for Sexual Selection Theories of Mate Preferences in the Swedish Population. Evolutionary Psychology, 6(4), 575-585.

Lishner, D.A., Nguyen, S., Stocks, E.L. & Zilmer, E.J. (2008). Are Sexual and Emotional Infidelity Equally Upsetting to Men and Women? Making Sense of Forced-Choice Responses. Evolutionary Psychology, 6(4), 667-675.

Pervin, L.A. (1998). La ciencia de la personalidad. Madrid: McGraw-Hill.

Punset, E. (2007). El viaje al amor. Barcelona: Ediciones Destino.

Reeve, J. (2001). Motivación y emoción. Madrid: McGraw-Hill.

Sternberg, R. & Barnes, M.L. (1988). The Psychology of Love. USA: Yale University Press.

Zeki, S. (2007). The Neurobiology of love. FEBS Letters, 581, 2575-2579.

Fuentes en internet:

Wikipedia

http://javarm.blogalia.com/historias/22396

http://imperiocorleone.wordpress.com/2008/01/26/la-quimica-del-amor/


Facebook Twitter Email

renton.jpgAyer tuve la ocasión de leer este artículo de Ezne, donde hablaba de la drogadicción y cómo se ve socialmente y las opiniones que tienen algunas personas acerca de los “drogadizos” como suelen denominarles despectivamente. Para gustos los colores, como se suele decir, pero en ocasiones hay opiniones que dejan ojiplático a cualquiera y hacen que recuerde este debate en el blog de EC-JPR.

A cuento de eso, recordé un artículo que escribí hace tiempo para Museo de la Ciencia y que cuelgo aquí, ligeramente modificado, para gusto y disfrute del personal. Es un tema duro, lo sé, pero en Medicina, para bien o para mal, se ve “de tó”.

En la película Trainspotting, basada en la novela homónima de Irvine Welsh, hay una escena en la que se muestran el intenso malestar y las alucinaciones que padece uno de sus protagonistas, Mark Renton, cuando se desengancha de la heroína. Cuando ví esa película, antes de estudiar Medicina, me pregunté si el síndrome de abstinencia a este opiáceo era así de llamativo y escandaloso o lo habían exagerado para darle dramatismo en la película, porque la escena deja literalmente flipado a quien la ve por primera vez.

La heroína es un derivado del opio que causa una tremenda dependencia psicológica y física, de ahí que sea una de las drogas de las que más difícil es desengancharse. En el caso de la dependencia psicológica, la persona necesita la droga para sentirse bien y si la deja sufre, pero en su organismo no hay cambio alguno; en el de la dependencia física, necesita la droga para que su cuerpo funcione correctamente, de ahí que esta dependencia sea más peligrosa y difícil de superar que la primera, puesto que ya no se buscan los placeres que suministra la droga, sino evitar el malestar en caso de no consumirla. Al suspender bruscamente la administración de heroína, la persona habituada a ella sufre diarreas, náuseas y vómitos, agitación intensa, tiene un frío intenso (hipotermia) y se le pone la piel de gallina (piloerección), se le dilatan las pupilas (midriasis), tiene una abundante secreción nasal, le duele el abdomen y en ocasiones tiene alucinaciones. Sí, Mark Renton lo pasó muy mal al intentar superar el “mono” de la heroína, tal como se ve en el siguiente vídeo (nota: no es imprescindible ver el vídeo para entender este artículo, es fuertecillo):

[youtube=http://es.youtube.com/watch?v=qDLSirYQAik]

¿Cómo se trata actualmente el síndrome de abstinencia? Hay diversos fármacos para ayudar al heroinómano, el más conocido y usado es la metadona, que se incluye en los programas de desintoxicación gracias a que se puede tomar por vía oral sin necesidad de pinchazos, sus efectos son más duraderos y suaves al tardar más en degradarse y eliminarse del cuerpo que la heroína y además, ser legal. También se emplean la clonidina y la buprenorfina, aunque en menor medida.

Como nota final, hace poco tiempo supe que la heroína apenas se consume por vía intravenosa, siendo ahora más habitual fumarla, tanto por la imagen negativa de los pinchazos en los brazos como el miedo al SIDA por las jeringas compartidas y la mayor facilidad de consumo al ser su preparación menos laboriosa.

Y para despedirme, dejo este videoclip de la canción de Fito “Un buen castigo”, que va sobre el tema aunque al principio no lo parezca…

[youtube=http://es.youtube.com/watch?v=tok63U1oqOs]

Facebook Twitter Email

Empezamos Septiembre con un tema “ligeramente” polémico: quienes somos médicos o estudiantes de Medicina, ¿respetamos la intimidad de los pacientes y somos discretos a la hora de poner un ejemplo sacado de la práctica clínica?

Hace unos días, Rinzewind tuvo la amabilidad de mandarnos a EC-JPR y a mí el enlace al siguiente artículo donde se hablaba de este tema. Copio y pego el primer párrafo:

Es difícil saber con exactitud cuántos de los 70 millones de blogs que existen en la actualidad en Internet están dedicados a la salud. Pero sí se puede asegurar con certeza que es una moda creciente a la que se han apuntado también los profesionales sanitarios, dispuestos a plasmar en estos diarios ‘on-line’ sus vivencias profesionales. Un análisis de varios cientos de ellos revela que esta práctica puede poner en peligro la confidencialidad de los datos de los pacientes.

Más adelante, en el mismo artículo, la autora ( María Valerio) afirma que:

Un equipo de la Universidad de Pensilvania (en EEUU) ha analizado 271 blogs médicos para comprobar si violan algunos principios éticos de la Medicina.

Pacientes reconocibles

Sus conclusiones señalan que, con demasiada frecuencia, los galenos revelan suficiente información de sus pacientes como para que estos sean reconocibles; en 42% de los revisados se describían casos particulares. En tres de los casos incluso se publicaron las fotos de los pacientes, y en otros ocho los médicos habían ‘colgado’ en su blog alguna radiografía (sin ningún otro dato personal adicional que permitiese identificar de quién se trataba).

El 56,8% de los blogs contenía información suficiente para reconocer a su autor, y también era fácil acertar su especialidad y la identidad de algunos colegas citados. En el 17,7% de los casos se hablaba de los pacientes en un tono negativo.

En ese punto reconozco que empecé a ponerme nerviosa. No por mí, que en casi un año de vida he evitado a toda costa hablar de casos concretos e incluso poner ejemplos de pacientes reales o ficticios, sino por la incomodidad de pensar que esto se pudiera dar, cuando no conozco ningún caso en el que ocurra. Llamadlo barrer para casa, defender a los míos, cerrar filas o lo que sea, pero no me gusta que se ataque a mis futuros compañeros de profesión alegremente ni me gusta ver que éstos sean negligentes o indiscretos.

Empecemos por un principio básico: la carga de la prueba incumbe al que afirma. Leído el artículo de cabo a rabo ( venga, no seáis flojos, leed el enlace :P ), la primera pregunta que se hace cualquier persona es: ¿de qué fuente se ha sacado esa información? ¿Hay pruebas que sostengan una acusación de ese calibre? En el artículo se ve claramente que no. Sólo hay un enlace a la revista de la que supuestamente salió el artículo donde se comenta y critica esa presunta práctica nociva que tendemos a tener los médicos/estudiantes de Medicina blogueros, pero no enlace directo a ese artículo, que no es nada fácil buscar. ¿Y cómo se ha hecho esa investigación, está bien diseñada, se ha escogido una población suficientemente numerosa para preguntar e investigar?¿Y se han evitado sesgos que inclinen los resultados hacia un resultado u otro? Vete tú a saber, porque eso no se especifica. ¿Y es a nivel nacional o internacional? Eso tampoco se sabe.¿Y cómo se buscaron y eligieron los blogs para estudiarlos? Pues ni idea. Resumiendo: no tiene enlace a ningún documento donde se demuestre lo que afirman, ningún enlace hacia el equipo de Pensilvania que ha sacado esas conclusiones ni directamente hacia el análisis que dicen que se ha hecho, porque no me vale que enlacen la revista pero no el artículo directamente; no queda claro si se refieren a nivel mundial, nacional, si han estudiado sólo blogs escritos en inglés o en cualquier otro idioma. Mal empezamos.

Conozco bastantes blogs médicos, escritos por médicos o estudiantes de Medicina. En el cuadro de enlaces ( blogroll) que hay a la derecha, podéis encontrar unos cuantos. Pocos hay que pongan casos clínicos o ejemplos y me consta o sospecho que los datos son inventados o están suficientemente distorsionados como para no reconocer al paciente. Y que por ética y legalidad, quien publica una fotografía o una radiografía pide permiso para hacerlo (en Medicina Legal, quien no guarde el secreto médico o divulgue datos sin su consentimiento se le puede caer el pelo). Haciendo una broma irónica: ¿creéis que alguien que se ha tirado 6 años calentando el banquillo de su facultad, unos cuantos meses u otro año calentando la silla de estudios para prepararse el MIR y cuatro o cinco añitos de residente aguantando muchas guardias de puerta va a tener ganas de jugárselas de esa forma?

Dicho todo esto, ya puede saltar alguien y decir “ya está, ya viene Sophie a decir que los periodistas escriben como les da la gana, les pone a parir y dice que escriben sin saber de lo que está hablando”. Pues no, afortunadamente no es así, hay buenos periodistas que se preocupan por informarse, por documentarse y en caso de duda, preguntan a alguien que sí sepa ( Inciso: oigo risitas irónicas al fondo y creo haber oído a alguien comentar que esos periodistas tan “buenos” son minoría). Pongo un ejemplo personal: cada vez que añado un detalle que no sea médico, recurro a los chicos de HomoScience. Es lógico pensar que yo no soy experta en Física, Matemáticas, Psicología, Entomología, Biología, etc. No critico a la autora del artículo, critico que haya omisiones y sesgos bastante claros. Hubiera sido preferible que se extendiera un poquito más, colocara unos cuantos buenos enlaces y así demostrara punto por punto todo lo que afirma. Siendo un artículo periodístico, escrito en un periódico con edición digital, tiene una difusión tremenda, mayor que la que pueda tener esto que yo escribo. ¿Cuántas personas lo leerán y creerán a pies juntillas sin contrastar? En ese momento cobra sentido la frase “ir con la escopeta cargada”, aunque yo diría que con el trabuco del abuelo…

Os invito a hacer dos cosas: la primera, dar vuestra opinión. La segunda, darme el enlace a algún blog médico donde se practique lo que el artículo denuncia, bien en un comentario o bien mandándome un correo. Y si alguien escribe sobre el tema, que me avise para enlazarle y comentarle, porque este tema me hierve la sangre.

Facebook Twitter Email