¿Qué debe hacer un médico en Urgencias cuando llegue a la consulta una menor de edad demandando la píldora del día después?
La píldora del día después es un contraceptivo cuyo uso se aprobó en España en el año 2001. Hay dos tipos: el método Yuzpe, que es un combinado de estrógenos y progestágenos a muy altas dosis, y el levonorgestrel, un estrógeno a altas dosis, ambos tomados en dos dosis, una lo más pronto posible y la segunda a las doce horas. Sólo pueden adquirirse con receta médica, por lo que la mujer debe acudir al centro de salud o al servicio de Urgencias del hospital más cercano para solicitarla. Allí debe responder a un cuestionario: nombre, edad, si ha empleado algún método anticonceptivo, el tiempo transcurrido desde el coito de riesgo, si ha recurrido anteriormente a la píldora del día después, motivo por el que la solicita (no haber usado ningún método anticonceptivo, rotura de preservativo, retención del mismo, es decir, que se “quede dentro” o cualquier otro). En el mismo cuestionario se indica si se le administra o no y el motivo por el que se hace. Se le pide una prueba de embarazo y se le informa que si han transcurrido más de 24 horas la eficacia es menor y si han pasado más de 72, la eficacia es nula, además de los efectos secundarios más comunes de su ingesta: cefaleas, dolor de pecho (mastodinia), vómitos y náuseas que interfieran con su absorción por parte del organismo, disminuyendo su efectividad.
He dicho antes que es un método contraceptivo, un método de emergencia. Así es como se define y como se anunció por parte del Ministerio de Sanidad en el momento que aprobaron su comercialización en España. La píldora del día después provoca la descamación inmediata de la capa removible del endometrio, que es la zona interna del útero a la que se aferra el óvulo fecundado para, a partir de ella, formarse la placenta y nutrirse. Si no está esa capa, es imposible que siga adelante el embarazo. Al mismo tiempo, evita la ovulación y dificulta el paso de los espermatozoides por las trompas uterinas camino del óvulo a fecundar. Es el mismo método que el de los anticonceptivos hormonales orales clásicos, sólo que el efecto es inmediato (pueden obtener información sobre el tema en este artículo). Hay quien entiende que es un método anticonceptivo de emergencia que no implica aborto porque no da tiempo a que se produzca la fecundación y quien considera que casi con seguridad ha habido ya fecundación del óvulo y se provoca un aborto químico con la toma de ese compuesto hormonal. Y no todo el mundo tiene claro qué es el aborto. Y ahí empiezan los problemas con las adolescentes menores de edad que acuden demandando la píldora del día después:a partir de los 13 años pueden tener relaciones sexuales consentidas y la mayoría de edad sanitaria es a los 16, lo que quiere decir que pueden decidir por ellas mismas sin necesitar el consentimiento de los padres, pero no pueden abortar. Si un médico les prescribe la píldora del día después sin que los padres estén de acuerdo, le pueden denunciar basándonse en que le ha administrado a su hija un abortivo sin su consentimiento. Si, por contra, el facultativo se niega por considerar que es menor de edad, no tiene madurez para tomar una decisión así o cualquier otro motivo que no sea el de la objeción de conciencia, también puede ser denunciado, esta vez por negación de asistencia sanitaria. Para agravar el tema, a veces incluso la propia paciente les pide que no informen a sus padres, con lo que se presenta el dilema de si deben guardar el secreto profesional o informar a los padres de una chica que aún no tiene los 18 años. Existe ahí un vacío legal parecido al del aborto y un malestar entre los médicos que hacen guardias los fines de semana y se encuentran con varios casos así de continuo, sin saber qué hacer ni cómo defenderse.