Las células madres son la pera limonera. Te hablan de ellas y parece que en un futuro te repararán cualquier parte del cuerpo y hasta te harán el colacao. Todo el mundo habla de ellas y se imagina que son unas celulitas difíciles de conseguir, muy poderosas y muy valiosas. Sin embargo, al preguntarle a cualquiera qué son realmente, comienzan los titubeos.

Realmente el concepto de célula madre es erróneo, ya que la traducción correcta de stem cell sería célula troncal; además, al hablar de célula troncal nos podemos imaginar mejor lo que realmente ocurre, una célula que es el “tronco”, del que salen nuevas ramas sin parar y de éstas salen otras. Son células que tienen la capacidad de dividirse, dando lugar a otras células que se especializan (una célula que formará parte del tejido cardiaco, otra célula que formará parte del tejido hepático, etc) y también a otras células troncales. ¿Qué es lo que las diferencia de otras? Pues su capacidad para dar lugar a cualquier tipo de célula y que se dividan de forma incansable.

Existen varios tipos de células troncales:

1. Células troncales totipotentes. Son aquéllas que al dividirse y especializarse sus células (diferenciarse) pueden dar lugar a un organismo entero. Ejemplo: las células que se encuentran en el embrión en la fase de mórula, cuando el óvulo está recién fecundado y empieza el proceso de formación de un nuevo ser.

2. Células troncales pluripotentes. Han perdido la capacidad de dar lugar a un ser vivo entero al dividirse y diferenciarse sus células, pero sí pueden formar algunos tejidos (células pluripotentes cardiacas, neuronales, etc). Es lo que ocurre en el embrión en la fase de blastocito, cuando está a punto de adherirse al útero y seguir evolucionando.

3. Células troncales multipotentes. Únicamente pueden dividirse y dar lugar a las células de un tipo de tejido; el ejemplo más claro lo tenemos en las células de la sangre del cordón umbilical, capaces de dividirse y diferenciarse en glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

¿Por qué es importante comentar todo esto? Para tener unas expectativas moderadas y saber qué son realmente las células madres y lo que se les puede pedir.

¿Existe alguna alternativa al uso de embriones para conseguir células troncales pluripotentes? Sí. En 2006 se habló por primera vez en este artículo de las células troncales inducidas, que son células normales “rebobinadas” o “retroprogramadas” para volver a la situación de células troncales y a partir de ese momento ser capaces de especializarse en células de varios tipos de tejidos.

¿Es buena idea que congele la sangre de cordón umbilical de mi hijo? Este tema es delicado; muchas familias recurren a la congelación de la sangre del cordón umbilical con la esperanza de que si su hijo en un futuro padece un cáncer hematológico, puedan usarse esas células para salvarlo. Sin embargo, no siempre saben que en caso de que ese cáncer esté asociado a una mutación genética es muy probable que las células contenidas en la sangre del cordón umbilical también estén afectadas y por tanto no se puedan usar para un transplante. Además, en caso de decidir guardar esa sangre umbilical en un banco privado para uso propio… deberán hacerlo en el extranjero. La ley española obliga a los bancos de sangre de cordón a informar sobre las sangres de cordón que tienen almacenadas, de manera que en el caso de haber una persona que padezca una leucemia o un linfoma, por ejemplo, y necesitar un transplante de esas células, están obligados a entregar esa sangre de cordón y dev0lver a la familia el dinero que hayan pagado hasta el momento. Para más información sobre este tema os aconsejo leer el artículo escrito por Nebulina en su blog y la guía de la Fundación Josep Carreras contra la leucemia.

 

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Con semejante frase se me suelen presentar algunos pacientes en mis guardias de Urgencias. Algunos, los más finos, dan varias vueltas antes de confesarme de la forma más suave posible que se han leído hasta la etiqueta del Don Limpio sin resultado alguno, otros van de forma directa y clara y confiesan sus “apretaeros intestinales”.

En todos estos pacientes, además del dolor abdominal propio del estreñimiento, suelen darse varios factores que facilitan su estreñimiento:

1. Se mueven poco. Al estar tanto tiempo calentando silla o sofá no estimulan el peristaltismo abdominal (movimiento de las tripas) y por tanto no facilitan la bajada del bolo fecal (o bola de caca, como mejor entiendan y les guste). Algunos, por desgracia, son pacientes ancianos que tienen vida cama-sillón o están encamados, por lo que es complicado que puedan moverse todo lo necesario.

2. Beben poca agua, menos de dos litros diarios. Eso sí, se ponen tibios de fave de fuca, laxantes y fibra para regular el intestino. A eso le llamo “echar cemento en las tripas”, por mucha fibra y mucho “removedor del intestino” que echemos, si no añadimos agua para hacer un bolo fecal esponjoso que salga con facilidad poco le estamos ayudando a nuestro cuerpo.

3. En proporción, suelen tomar mucha más proteínas y alimentos astringentes que fruta, cereales y verdura.

4. Tienen un horario de comida y de defecación irregular. Al cuerpo hay que acostumbrarlo a comer a unas ciertas horas y soltar lastre a otras horas.Si no, no hay manera.

5. Cuando van al baño lo hacen en plan “pongo el huevo y salgo corriendo“. Todo en esta vida hay que hacerlo de la forma más tranquila posible y desalojar por completo el último tramo del intestino grueso es igual de importante que otras actividades básicas de la vida diaria. Por ello a veces aconsejamos con cierto humor poner el revistero en el baño, recuperar la maquinita del Tetris o aficionarse a jugar al Angry Birds en ese momento tan íntimo y aromático…lo que sea con tal de relajarse y hacerlo bien. Cuando un paciente me dice “si yo voy todos los días al baño, al preguntarle cuánto tiempo le dedica al asunto descubro que la mayoría lo hace con mucha prisa y de forma incompleta.

6. Comen muy poco. De donde no hay no se puede sacar, si no hay suficiente material para hacer una buena bola de caca, no se puede pedir al cuerpo más.

7. Toman muchos diuréticos o infusiones diuréticas. Ya saben, caca reseca es caca que no sale…

El estreñimiento no es un asunto banal, aunque aquí me lo tome con un poco de humor; es un motivo de consulta frecuente, de grandes preocupaciones que se podrían solucionar con pequeñas medidas.

¿Qué opináis?

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Hace poco comentaba a mi adorado, venerado, idolatrado y leído en casi-silencio Sergio L. Palacios mi gran sufrimiento por Superman. Os lo cuento a vosotros también, por si me podéis ayudar con mi sinvivir.

Veréis: es conocido que cuando respiramos tomamos oxígeno y liberamos dióxido de carbono; que nuestra hemoglobina contenida en los glóbulos rojos captura con avidez ese oxígeno y lo lleva a los tejidos del cuerpo, soltándolos según se necesite. También es conocido que el aire que respiramos no es oxígeno puro, sino una mezcla de gases, estando el oxígeno presente en un 21% a nivel del mar; que el aire ejerce a ese nivel una presión de 760 mm Hg y el oxígeno ejerce una presión parcial de 160 mm Hg.

Pues bien, conforme se asciende respecto al nivel del mar, la presión parcial de oxígeno es menor, de ahí que nuestro organismo se vuelva más ansioso por capturar oxígeno y haya una serie de cambios fisiológicos orientados a ello, como el aumento de producción de glóbulos rojos que lleven hemoglobina en su interior a la caza y captura de oxígeno, además de cambiar el comportamiento de la hemoglobina para que ésta tienda a soltar con mayor facilidad y en mayor cantidad dicho oxígeno por los tejidos. Todo muy fisiológico y muy natural si se hace con calma y con cautela, no como algunos ciclistas que se meten entre pecho y espalda EPO o se autotransfunden, pero ésa es otra historia…

¿Qué ocurre cuando se asciende bruscamente sobre el nivel del mar y se sufre con brusquedad esa disminución de la presión parcial de oxígeno? Pues que aparecen problemas como el mal de las montañas, con mareos, malestar general, dolor de cabeza, fatiga o dificultad para respirar entre otros síntomas propios de la incapacidad del cuerpo para responder a ese cambio tan acusado de manera tan rápida.

Con todo esto entenderéis mi gran sufrimiento viendo a este hombre, que no contento con ponerse los gayumbos por fuera del pantalón y liarse la capa al cuello va y se pone a volar a lo bestia, a pulmón partío, ascendiendo bruscamente sin pensar en presiones parciales de gases ni nada. ¿Qué le pasa a los pulmones de Clark Kent?

En fin, espero que me podáis ayudar con esta cuita, además de seguir pensando cómo es posible que le ondee la capa a Superman en ausencia de atmósfera. La indecencia de llevar los calzoncillos por fuera lo dejamos para otro día…

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