Cuando le digo a mis pacientes que el agua es uno de los remedios más baratos como coadyuvante, algunos me miran con escepticismo, “estos médicos que ya no quieren recetar nada por ahorrar“. Y es que a muchos eso de beber agua como que no, si han de beber líquidos que sea en forma de refrescos, vino, cerveza, zumos, etc y eso no es hidratarse bien, señores.

Espero que vosotros no enarquéis una ceja con esta pequeña lista de beneficios que le veo yo a beber e hidratarse bien a lo largo del día.

1. Cuando se está pasando un señor catarro con mocos para dar y regalar, el agua ayuda a fluidificar las secreciones y expulsarlas mejor.

2. Beber constantemente, poco a poco, e ir mucho al cuarto de baño nos beneficia a las mujeres cuando se sufre una cistitis o como método de prevención. Tener la uretra corta facilita esas infecciones del tracto urinario tan molestas.

3. El agua esponja la caca. Dicho así es una guarrada, pero cuando se sufre estreñimiento no parece una guarrada. Además de tomar alimentos ricos en fibra, evitar otros que sean astringentes y limitar el consumo de té o evitarlo, hay que tomar suficiente agua para ayudar a formar un buen bolo fecal y tirarse un ratito con el periódico en el cuarto de los truenos.

4. Una de las mejores cosas para la resaca…rehidratarte.

5. Ahora con la llegada del verano, hidrataos bien además de evitar las horas de más calor, etc. No es nada agradable recibir un golpe de calor. Y no, el tinto de verano no es hidratante.

Hala, levantad la mano quienes conozcáis otros beneficios de esta medida tan sencilla.

 

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1. Cuando se habla del corazón se piensa en él como órgano único, aunque no sea estrictamente así. Tenemos un corazón izquierdo que bombea sangre a todo el cuerpo y un corazón derecho que bombea sangre a los pulmones.

2. Es un órgano que en condiciones normales pesa 250-300 gr en las mujeres y 300-350 gr en los hombres y bombea más de 6000 litros de sangre diario a todo el cuerpo.

3. No recibe órdenes para contraerse y relajarse sino que tiene una serie de células de impulso automático, de modo que se podría decir que se estimula él solito para trabajar.

4. La primera causa de muerte súbita en un adulto joven es cardiaca.

5.Cuando estamos en la pancita de mamá el corazón se empieza a contraer a partir del final de la 5ª semana

6. Mientras somos fetos la sangre oxigenada nos llega por el cordón umbilical, no desde los pulmones como ocurre cuando nacemos. Por eso se establece un cortocircuito o shunt que comunica el corazón izquierdo con el derecho y hace que la sangre no se bombee a los pulmones, que mientras tanto están madurando.

7. Cuando tenemos fiebre el corazón late más deprisa como respuesta al estrés que supone el aumento de temperatura.

8. El primer transplante de corazón lo realizó Christian Barnard en 1967 . Quien recibió el corazón fue Louis Wahskanski, un comerciante de ultramarinos de Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Sobrevivió 18 días a la operación y murió de neumonía. En España el primer transplante se realizó en el Hospital La Paz de Madrid en 1968, aunque el paciente murió a las pocas horas.

Todos estos datos los he sacado de los libros gordos de Petete de Medicina: Berne-Levy, Guyton (ambos de Fisiología), Patología funcional y estructural de Robins (Anatomía Patológica) y Atlas de anatomía Netter.

La imagen viene de este enlace.

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Suele decir mi parejito que la cocina es un laboratorio con menos seriedad y más cacharrines, sobre todo cuando ando yo por medio.

No sólo la Medicina anda por todas partes, también nos podemos encontrar la Física o, como ocurre en esta ocasión, la Química, que nos sirve para explicar por qué cuando doramos cebolla o la hacemos “sudar” pierde su característico sabor fuerte para volverse dulce, blandita, deliciosa o por qué la carne se dora al asarla y tiene ese sabor tan típico.

¿Conocéis la reacción de Maillard? Es una de las más conocidas en cocina. Técnicamente, es la glucosilación de proteínas sin que intervengan enzimas. Dicho en fino y en cristiano, es una reacción que se da entre las proteínas y los azúcares que contiene un alimento sin intermediarios, a partir de una determinada temperatura, de modo que se adquiere un cierto color tostado y un sabor característico. Es lo que ocurre cuando asamos la carne, que va cogiendo ese colorcito marrón y ese saborcillo para relamerse.

¿En qué consiste exactamente esa reacción? Al alcanzar una cierta temperatura, un grupo carbonilo de un azúcar se une a un grupo amino de una proteína, formando compuestos inestables que tienden a romperse, a recombinarse y originar una serie de subproductos que son los que aportan ese sabor y esa coloración característicos.

¿Se puede facilitar o acelerar el proceso? Sí, marinando la carne en ciertas salsas que contienen azúcares o ácidos como el acido cítrico (el del limón, vamos), ya que los ácidos facilitan la rotura de los azúcares complejos que contienen algunos alimentos y su unión a las proteínas.

¿Y qué pasa con la caramelización de la cebolla? Es un proceso similar al de la reacción de Maillard, pero en el que sólo encontramos azúcares que con el calor se van oxidando sin actuación alguna de enzimas (los intermediarios), adquiriendo ese color marronáceo y ese sabor dulzón tan peculiares. Una delicia, sin duda.

Yo sigo a lo mío, con mi delantal de florecillas verdes y mis pechuguitas de pollo encebolladas. Buen provecho, señores.

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