Nota: mis musas me han abandonado, ha llegado el solecito y se han ido a tomar una Cruzcampo bien fría. Se agradece que deis ideas en los comentarios o preguntéis por cosas que os llamen la atención
Cuando nos encontramos con una persona con sordera o nos damos cuenta en el momento, tendemos a hacer tres cosas:
1. Gesticular para hacernos entender mejor
2. Elevar el volumen de la voz
3. Vocalizar más despacio y exageradamente
Relax. Take it easy. Que no panda el cúnico. Lógicamente te sientes torpe y quieres hacerte entender, pero con esas acciones bienintencionadas no lo vas a conseguir y en el peor de los casos vas a poner más nerviosa a esa persona. Te voy a contar un par de cosillas que te ayudarán a entender mejor a esa persona que tienes delante.
A grandes rasgos podemos hablar de dos tipos de sordera: de transmisión y de percepción.
La sordera de transmisión se da porque alguno de los elementos del oído encargado de recibir el sonido está estropeado. El tímpano no está íntegro ni en condiciones, la cadena de huesecillos no está completa ni en buen estado…¿Recuerdas la sensación cuando tienes un tapón de cera o estás con una otitis? No te enteras de mucho y necesitas mayor volumen para enterarte de algo, pero entiendes lo que te están contando, ¿verdad? En cuanto aumenta el volumen, entiendes perfectamente lo que te dicen.
La sordera de percepción sucede cuando la transmisión del sonido es perfecta pero, ay…falla la última parte, la recogida del sonido por parte del oído interno y la señal nerviosa que llega al cerebro y le avisa de que existe tal sonido. El ejemplo que te puedo poner para que lo entiendas es cuando visitas algún punto de España lejano a tu ciudad de origen y piensas “Joder, hablan español igual que yo, pero con ese acento y tan rápido no me entero de nada“. Por mucho que te griten, seguirás sin entenderles y, lo que es peor, te pondrás nervioso porque no te enteras y te están chillando. Ahí da igual el volumen, te cuesta entender.
La solución a la sordera depende del tipo y de su intensidad. Hay dos opciones: usar audífonos o pasar por quirófano para recibir un implante coclear. Los implantes cocleares se indican en caso de sordera de percepción severas en ambos oídos que se prevé que no van a mejorar con el uso de audífonos y es especialmente interesante en el caso de sorderas en la infancia, cuando no ha madurado del todo el aprendizaje de la lengua. También es posible realizar un implante en un oído (el más afectado) y colocar un audífono en el otro, según la severidad de la sordera y el beneficio que vaya a recibir el paciente. Tiene sus contraindicaciones, claro, como el que haya una malformación congénita que implique que no se haya formado el caracol en ambos oídos, que el paciente no pueda recibir anestesia general, rechazo de esa medida (a todo el mundo no le gusta pasar por quirófano o que lo haga su hijo…) o que la causa de la sordera esté en el cerebro. Aún así, hay que ser realistas: un implante coclear o un audífono mejoran la calidad de vida y capacidad de comprender, pero no se llega al mismo nivel que el de una persona normoyente.
Es mentira que todas las personas con sordera sepan lengua de signos. Y también es mentira que todas las personas con sordera sepan leer los labios. Ambas habilidades no vienen de serie, por desgracia. Sin embargo, en el caso de encontrarte con alguien que sepa leer los labios, mi consejo es que hables en el mismo tono en el que estás acostumbrado, sin exagerar la vocalización ni ralentizarla hasta el punto de que parezca que estáis en una película a cámara lenta. No te pongas nada delante de la boca, si tienes la costumbre de ponerte la mano o un dedo por delante al hablar, recuerda evitarlo para facilitar la lectura labial. No te preocupes que si no se entera ya te lo mostrará o te pedirá que repitas. Y, sobre todo, recuerda ponerte en la medida de lo posible de frente, hay quien tiene tanta habilidad que lee los labios hasta de lado, pero no es lo más común.