Como veo impaciencia por saber cómo acaba la historia, os cuento ya la segunda parte
El día que el Ministerio cuelga en su página web tu puesto provisional, estás hecho un manojo de nervios. A las 00:00, todo bicho viviente está frente al ordenador, recargando la página sin parar hasta que por fin aparece. Y seguramente te hartas de llorar, por toda la tensión que sale en torrentera, todos los nervios, la desilusión, la alegría o la pena.
He visto de todo a la hora de conocer tu puesto y el de tus amigos, compañeros y conocidos. He visto personas con buen expediente que me constaba que eran unos fuera de serie que tuvieron muy mala suerte el día del examen y pegaron un pinchazo o les entró la pájara, personas con el expediente inflado a quienes el MIR puso en su sitio, personas que fueron tocados por el apéndice tallarinesco del Gran Monstruo Volador de Espaguetti y sacaron un buen puesto a pesar de haber pasado por la carrera sin pena ni gloria, personas muy puteadas durante la carrera con un expediente por debajo de sus conocimientos a quienes el MIR les ponía también en su sitio, gente cuyo puesto iba acorde con su expediente…Tras ver todo esto, dudo que el puesto en el MIR defina claramente lo buen o mal médico que eres o vas a ser. Licenciados en Medicina puede haber muchos, pero Médicos con todas las letras no hay tantos…
Cuando el Ministerio comunica tu puesto definitivo y el día y la hora que has de estar allí pulsando el botón “Enter”, estás con la página de Renfe abierta, la página de la compañía aérea que más te mole y tus fetiches de la suerte al lado. A lo mejor te pasa como a mí y tu familia y amigos añaden sus propios fetiches, dejándote la mesa donde tienes el ordenador como el santuario de un torero, pero más plural, lo mismo tienes la estampa de San Judas Tadeo que un hada de la suerte o un tapergüé de espaguettis con albóndigas…todo vale, incluso llevar puesta tu camiseta de la suerte o los calcetines desparejaos.
Los nervios aumentan y estás más nervioso esperando el día que has de estar en Madrid que cuando esperabas la nota. Vuelves a tener contacto social y a hacer cosas no relacionadas con la Medicina. Cuando empieza la adjudicación de plazas, a menos que tengas el número 1 no paras de pensar y repensar qué elegir y estás enganchado al ordenador recargando la página donde se muestra al segundo cómo van volando las plazas, aunque quizá aguantes la tentación o te obliguen a aguantarla y no mirar hasta el día antes qué es lo que queda. Masoquismo puro. Puede que hagas la famosa lista de prioridades, puede que no. Puede que te patees hospitales preguntando cómo está la cosa en los distintos servicios, puede que pases del tema. A lo mejor vas sin lista, teniendo claro qué te gustaría hacer, qué no te importaría hacer y qué no harías ni de coña. En el turno anterior, coges la lista de plazas vacantes que te dan, coges tu rotulador y marcas las que te gustan.
Llegas a Madrid. La noche anterior a que elijas plaza no duermes, o duermes a ratitos y de mala manera. Llegas allí y ves a otros 349 personas con los nervios, la botellita de agua, el DNI y las ganas de coger la plaza YA. Os van llamando por megafonía, pares al mostrador de la derecha, impares al mostrador de la izquierda, miran vuestro DNI y os dan una credencial en papel con vuestro nombre, DNI y número de orden. Entráis al salón de actos, con su pedazo de pantalla, la mesa circular donde se sientan los funcionarios en una versión chunga de los niños de San Ildefonso. Un discursito de media hora con las reglas del juego, las matizaciones y las explicaciones. Empiezan a llamar y lo primero que piensas es que eso es un bingo surrealista donde vas tachando opciones. Si eres de los primeros de tu turno genial porque hay pocas posibilidades de que te quiten lo que quieres, pero como seas de los que están a la mitad o de los últimos tu agonía se extiende al infinito ida y vuelta a lo Chuck Norris. Llaman de diez en diez, que suben a la tarima, enseñan la credencial, piden la plaza que quiere, el funcionario teclea, les enseña la pantalla, “¿estás de acuerdo?” y les enseña el botoncito de Enter para que lo pulsen, en plan “Nena, aquí está tu plaza, plaza, aquí está tu nena, ¿os querréis durante cuatro años?“. Cuando el binguero, perdón, funcionario empieza a decir “fulanito fulanítez coge plaza tal…” y es de las que te gustan, contienes la respiración hasta que dice el lugar. Ufff, es en otra ciudad. Mierda, es una de tus opciones. Mierda, han caido 3 de tus opciones y tu lista se está haciendo más chiquitita. Ves caras descompuestas al cantar algunas plazas, gente que sale con una sonrisa que no le cabe en la cara, gente que se bloquea, gente que al pedir la plaza le dicen en el momento que ya no queda y se quedan con la cara desencajada y pensando rápidamente en otra opción, gente que aguanta muy bien el tipo, ves a tus futuros compañeros de hospital, a tus compañeros de facultad, ves que en cinco minutos eliges dónde vas a estar los próximos cuatro años. No puedes llamar por el móvil dentro de la sala, pero sí tener el móvil en silencio y mandar mensajes. Yo iba mandando mensajes a mis padres y mi parejito, “va por tal número, mis opciones aguantan, cruzad dedos“, “tengo cruzás hasta las pestañas, ánimo“.
Cuando llega tu momento, no te lo terminas de creer. Yo iba levitando, con una sonrisa que no me cabía en la cara, porque ya sabía que tenía mi plaza en mis manos, la chica que iba por delante me miró, me dijo “suerte, qué contenta te veo” y le dije “estoy tocando mi plaza con mis manos, la tengo ahí”. Cuando me enseñaron la pantalla tuve que releer tres veces de los nervios y cuando pulsé el botón…Sophie, Hematología y hemoterapia, adjudicada
Nota: quisiera dar las gracias a Jose María Ladrero por su magnífica labor en MIRentrelazados. Este hombre no se merece un jamón, se merece un guarrito entero.
Por otra parte, en el Ministerio lo dejaron bien claro y lo recalco: NO HAY ESTE AÑO NI HABRÁ EL AÑO QUE VIENE PENALIZACIÓN A LA HORA DE COGER PLAZA SI ESCOGES UNA ESTE AÑO Y RENUNCIAS AL POCO TIEMPO O SI LO HICISTE EL AÑO PASADO. No saben de dónde ha salido esa información, lo que está claro es que del Ministerio no.