Sí, Feliz Navidad. Tenéis a Don Antonio Burgos soliviantaíto cada vez que decís “navidades” o felicitáis “las fiestas”

Feliz Navidad. Es tiempo de omeprazoles, de resacas, de pasar vergüenza al ver en el Caralibro las fotos de los almuerzos del trabajo, de romperse la cabeza buscando un regalo para ese familiar que es “difícil de regalar” y te dan ganas de pegar un barcenazo y regalarle un sobre con euritos, de revisar la lista de propòsitos tachando 2014 y escribiendo encima 2015, de disfrutar el ambiente que hay en las calles, comer castañas asadas en su cucuruchito de papel, de sobrevivir entre comilona y comilona, de lucirse en las comidas familiares con recetas fáciles y resultonas (que ya estamos cansados del viejunismo, como bien dicen Biscayenne y El Comidista)

En un año puede cambiar radicalmente la vida de una persona. La mía, a lo largo de 2014, ha cambiado mucho, para mejor. Para avanzar hay que dejar algo atrás, para flotar hay que soltar lastre y cuando te ponen la oportunidad por delante…la sonrisa no se te borra en mucho tiempo.

Feliz Navidad. Ojalá 2015 sea nuestro año.