De todos los personajes de Star Wars, mi favorito es Yoda. Anciano, sabio, muy ágil. Quizá una de sus frases más famosas sea ésta:

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Yoda sabía que el miedo influye mucho en el dolor. Cuando no sabemos a qué nos enfrentamos, estamos en tensión, alerta total…a la espera de una sensación desagradable. Recuerdo que cuando comencé la residencia de Hematología e hice mis primeras biopsias de médula ósea, veía a muchos pacientes muertos de miedo, nerviosos ante esta prueba. Me preguntaban si les iba a pinchar en la espalda y si les dejaría secuelas (confundiendo la médula ósea con la médula espinal), pidiéndome que por favor les pusiera “anestesia para no enterarme de nada“, preguntándome por qué se hacía en una camilla o cama en vez de en quirófano…Pronto aprendí que cinco minutos de charla con el paciente, explicándoles la técnica de forma que la entendiera y quitándole el miedo ayudaba a que la prueba fuera más llevadera, con menos molestias y en menos tiempo. No estaban en tensión, contrayendo la musculatura, lo que facilitaba mucho las cosas.

Otro ejemplo sobre la influencia del miedo sobre el dolor puede ser el parto. No es lo mismo saber o pensar que te vas a enfrentar a un parto por primera vez, sin saber qué tipo de dolor es ni cómo te vas a sentir, que haber ensayado cómo respirar, haber sido informada sobre las características de este dolor y que te expliquen en qué consiste la epidural y sus efectos. O ser ya secundípara por lo menos. Que la experiencia es un grado 😉

¿Qué pasa cuando se sufre un dolor crónico? Que te duela una parte del cuerpo de forma permanente o en episodios repetidos es un incordio. Quitar el miedo y la ansiedad usando ansiolíticos como coadyuvantes puede ser de gran utilidad para ser capaces de controlar ese dolor. Tal como explica la Doctora Jomeini en Algoloblastia, “…un ansiolítico debe perseguir el favorecer la aparición de mecanismos de adaptación que el propio paciente tiene y que no utiliza por su ansiedad“. En este sentido, Yoda tiene otra frase que nos viene como anillo al dedo: “Ten muy presente que tu enfoque determina tu realidad“. Un tratamiento analgésico bien enfocado, siendo realistas sobre lo que se puede conseguir con él, con un analgésico de base para mantener el dolor a raya y dosis de “rescate” (del mismo analgésico o de otro diferente) para cuando se sufra un pico de dolor más intenso, ayuda bastante.

Que la Fuerza os acompañe :)

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