La cocina es uno de los lugares de la casa donde más accidentes ocurren. Cuchillos, sartenes con aceite muy caliente, cazos con líquidos hirviendo, etc, todo un conjunto de elementos que pueden hacernos bastante daño. ¿Qué se debe hacer en cada caso, cuándo se las arregla uno con una visita al botiquín y cuándo debe ir corriendo al ambulatorio o el hospital?
Al cortar cualquier alimento, es fácil que el cuchillo se deslice en la dirección errónea o que coloquemos mal los dedos y nos hagamos un corte de profundidad variable. Si el corte es superficial, es suficiente con lavar la herida con agua o suero, aplicar un antiséptico y tapar con una tirita o un apósito estéril según el tamaño de la misma; en este punto quiero aclarar que da igual qué alimento estábamos cortando, el tratamiento es siempre el mismo y que tampoco hay que temer si otra persona se cortó antes con ese mismo cuchillo, una vez que se ha limpiado no pasa nada, no hay posibilidad de contagio de ninguna enfermedad por este mecanismo. Si es más profundo, se debe colocar la herida unos segundos bajo el chorro de agua fría y posteriormente cubrir la zona con una gasa limpia y apretar con la mano en la zona cortada, con el fin de cohibir la hemorragia; luego, se acercan los bordes de la herida y se colocan unos puntos de aproximación, que facilita la cicatrización e impide que vuelva a sangrar, y se cubre todo con un apósito. Los puntos de aproximación son unas pequeñas tiritas blancas usadas para mantener los bordes de la herida juntos sin necesidad de sutura. Si a pesar de todo lo anterior no para de sangrar, se acude a Urgencias para que valoren la herida y la suturen. En cuanto al tiempo que se recomienda llevar la herida tapada, depende del tipo, pero por lo general se mantienen tapadas hasta que muestren signos de cicatrización, dejándolas “airear” en el momento en que se hacen las curas y se cambia de tirita o apósito, y taparla siempre que se realice una actividad que pueda ensuciar la zona.
Mientras freímos algo en la sartén nos pueden caer salpicaduras de aceite hirviendo, o sin querer podemos volcar un cazo o una olla,cayendo sobre nosotros el líquido a altas temperaturas. Lo primero es quitarse la ropa de la zona afectada y colocar la quemadura bajo el chorro de agua fría. Nunca debe aplicarse pasta de dientes, que es abrasiva y empeora la quemadura, ni recurrir a otros remedios caseros igual de ineficaces e incluso perjudiciales. Tras limpiarla, si no presenta ampollas ni es extensa se puede tratar en casa, aplicando una crema cicatrizante y cubriendo con un apósito; después, las curas se hacen retirando el apósito, limpiando la zona con suero y una gasa, aplicando crema nuevamente y colocando un nuevo apósito estéril. Si se observan ampollas o la quemadura es amplia, se debe acudir al servicio de Urgencias más próximo.
Éstos son los accidentes más frecuentes en la cocina, espero que hayan disfrutado este capítulo de Médico Sésamo