Vía Ciencia y Lejos me enteré de la existencia de los Jardines de Petri. Según cuenta Azuara, Eshel Ben Jacob, un profesor de Física de la Universidad de Tel Aviv (situada en Israel) buscaba patrones de colaboración en la naturaleza cuando vio lo que las bacterias podían hacer en las placas de Petri.

Las placas de Petri son unos recipientes de plástico con forma de disco de escasa altura rellenos de un material gelatinoso (Agar) y diversas sustancias que favorecen el crecimiento de determinadas bacterias. Las formas de las colonias bacterianas dependen de las condiciones de cultivo y en estas imágenes se muestra cómo colaboran unas con otras ante situaciones adversas como es la adición de antibióticos a la placa de Petri,formando agrupaciones que las defienda del medio hostil. Los colores son añadidos para obtener un resultado más artístico y resaltar la morfología de esas agrupaciones defensivas. Aquí tienen algunas fotos:

 

Jardín de Petri
Bacterias dispuestas en remolino con ramificaciones
Jardín de Petri
Bacterias formando una figura que semejan una flor
Jardín de Petri
¿Qué figura diríais que forman aquí las bacterias?

Para más información, podéis mirar en este artículo (en inglés) y en la galería de arte de Eshel Ben Jacob. ¿Quién dijo que la Microbiología era una asignatura fea? ;)

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Dice un antiguo dicho que en el amor y la guerra, todo vale. En este caso, la guerra contra las bacterias.

Actualmente disponemos de recursos limitados para combatirlas. Podemos prevenir mediante la antisepsia, la esterilización, la limpieza y otra serie de mecanismos, tanto físicos como químicos. Podemos remediar mediante el empleo de antibióticos y de medidas para tratar los síntomas que producen, como la aplicación de paracetamol en caso de que haya fiebre. Pero son de eficacia limitada, porque las bacterias, el enemigo a combatir, evolucionan y adquieren mecanismos de defensa, crean resistencias frente a esos antibióticos, desarrollan enzimas y otras formas de evitar que les afecten. Respecto a eso se han lanzado campañas para concienciar a la población de lo necesario que es el uso correcto de los antibióticos con el fin de evitar la creación de las temidas defensas, que hace que se formen bacterias más fuertes, más virulentas y frente a las que cada vez podemos hacer menos.No todas las infecciones son bacterianas, por lo que no todas se curan con antibióticos, ni toda enfermedad es infecciosa. Además, existen una serie de antibióticos de uso intrahospitalario, con el fin de controlar exhaustivamente su aplicación y su dosificación, que el día de mañana se pueden mostrar ineficaces.

Por todo esto, se están buscando nuevos antibacterianos. En Galber tuve ocasión de leer que se están investigando los enzibióticos, enzimas obtenidas de bacteriófagos, que no son otra cosa que virus que atacan exclusivamente a las bacterias. Desde el año 2002, un equipo de investigadores del CSIC dirigidos por Juan Hermoso trabajan con estas enzimas y estudian su mecanismo de acción, consistente en romper la pared de la bacteria (estructura que las recubre y protege) y atacar su interior. También se investigan en la Universidad de Rockefeller en Nueva York, donde se han realizado estudios para comprobar la eficacia de los enzibióticos y sus aplicaciones, conociéndose por el momento que se han conseguido enzibióticos contra Streptococcus pyogenes, Streptococcus pneumoniae y Bacillus anthracis, responsables de infecciones supuradas, neumonías, meningitis y antrax entre otras enfermedades. Esos enzibióticos presentan como ventajas que se necesita una cantidad muy pequeña para destruir millones de microorganismos en un breve periodo de tiempo, son altamente específicos contra una determinada bacteria,lo cual no suele suceder con los antibióticos actuales, que eliminan un grupo de bacterias, entre ellas muchas de la flora saprófita del organismo.

También se investiga en el laboratorio el agricur. En Novaciencia apareció una noticia sobre el tema a finales de Octubre del 2007, contando que el agricur es una arcilla obtenida del polvo de las montañas del Macizo Central francés que, según se piensa, combatiría el 99% de las bacterias, incluyendo al Staphilococus Aureus y Escherichia Coli en 24 horas, toda una proeza. En el blog de Maikelnai también se puede hallar la noticia, un poco más extendida, contando que una doctora francesa, Line Brunet de Course, fue la primera en comprobar que las propiedades curativas de las arcillas verdes de Francia, compuestas básicamente de dos minerales llamados esmectita e illita. La doctora empleó esas arcillas para luchar contra la úlcera de buruli, una enfermedad similar a la lepra, en varias clínicas de Costa de Marfil y Guinea. Después envió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) los expedientes de 50 casos estudiados, llamando la atención pero sin lograr fondos para desarrollar su investigación por carecer de evidencia científica. Posteriormente, su hijo buscó científicos que pudieran estar interesados en investigar el mecanismo de acción y las propiedades del agricur, logrando convencer a la Lynda Williams, de la Universidad del Estado de Arizona.

Y ya para terminar, al hilo del tema del artículo, hace poco se empezó a hablar de cómo eliminar viruses a base de agitarlos. Como ven, la Medicina está hasta en las arcillas, por ejemplo, y cada día se descubren formas más originales y precisas para eliminar los microbios dañiños ;)

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antabus.jpgMuchas veces habremos oido a alguien decir “estoy tomando antibióticos, así que no puedo beber alcohol” o conocemos anécdota de quien no guardó esa precaución y estuvo un par de días bastante mal. Esa persona sufrió en sus propias carnes el “efecto Antabus“.

El etanol contenido en cualquier bebida alcohólica es degradado por el hígado para ser posteriormente eliminado por los riñones en forma de agua o por los pulmones en forma de dióxido de carbono. En el interior de las células hepáticas el etanol sufre una serie de cambios, siendo transformado en sustancias más sencillas e inocuas que sean fácilmente eliminables gracias a la acción de unas enzimas hepáticas, la alcohol deshidrogenasa y la aldehído deshidrogenasa. La alcohol deshidrogenasa convierte el alcohol en acetaldehido, y la aldehido deshidrogenasa continúa la cadena de reacciones para formar dióxido de carbono y agua que se eliminan con la respiración y la micción.

Existen sustancias que al ser ingeridas consiguen alterar la aldehido- deshidrogenasa, lo que impide que el etanol se degrade de forma correcta, formándose un producto derivado del él, acetaldehído, que no puede seguir degradándose y se acumula en el organismo. A la unión de la sustancia a esa enzima y el posterior acúmulo de acetaldehído se le denomina “efecto Antabus”. Poniendo un ejemplo algo grotesco, es como si hiciéramos la masa de un bizcocho pero no la cociéramos y la tomáramos de esa forma, sin terminar de hacerse. Ese acetaldehído es un tóxico que provoca malestar general, mareos y vértigos, rubor facial, ojos rojos, palpitaciones, bajada de tensión, náuseas y vómitos. También pueden aparecer sudoración, visión borrosa y disminución del nivel de conciencia ( una somnolencia bastante profunda, “atontamiento”, etc).

Los medicamentos que provocan estos efectos son, principalmente, antibióticos, como las cefalosporinas y los nitroimidazoles, antimicóticos como la griseofulvina y antidiabéticos como la clorpropamida y el metronidazol, un buen antiinfeccioso ( tiene efecto bactericida y antiparasitario, por lo que se le pone este nombre tan general). En todos ellos, en los prospectos viene indicado de forma clara que la ingesta de alcohol al mismo tiempo causa el efecto Antabus. El nombre del efecto proviene de un medicamento, Antabus (nombre comercial) cuyo principio activo es el disulfiram. Este fármaco se emplea en la deshabituación al alcohol, de modo que el paciente que lo ingiera sufrirá todos los efectos anteriormente mencionado. Tal como indica el Medimecum, los efectos del disulfiram duran hasta 14 días y son lo suficientemente potentes como para ayudar a quien padezca alcoholismo crónico a abandonar el hábito de beber.

Así que ya saben…si beben, no se mediquen ;)

Nota: este mismo artículo lo pueden encontrar en Museo de la Ciencia y fue revisado al comprobar que tenía algunos errores.

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