Cuando leí la polémica levantada por la discoteca Pachá de Valencia, que sorteaba un aumento de pecho (dicho en fino y en cristiano, un siliconazo en la delantera) me entró una mala leche indescriptible.
Con la cirugía plástica se banaliza mucho. Muchísimo. Yo soy una firme defensora de ella cuando existen MOTIVOS JUSTIFICADOS, soy la primera en defender a capa y espada a alguien que REALMENTE LA NECESITE. Si a mi consulta viene una chica con un dolor de espaldas horrible por exceso de pecho, no me lo pienso, al quirófano a quitar el exceso, el complejo, la dificultad para encontrar ropa en la que quepa la pechonalidad y etc. Si tiene un queloide que le afee una zona del cuerpo visible, tampoco me lo pienso. Pongo estos dos ejemplos porque son los que más a mano tengo y he vivido más de cerca, pero seguramente existen muchos más. Y, además, hago la siguiente puntualización: una cosa es la cirugìa reparadora, en la que se trata de corregir una deformidad evidente, corregir algo que le quite funcionalidad al cuerpo y otra la cirugía estética en la que sólo se busca el embellecimiento, dejando en tal caso de ser una operación médica para pasar a ser una operación estética.
Ahora vamos a centrarnos en la operación de aumento de pecho. El pecho, para una mujer, es importante, para qué negar lo contrario. Hay quien está contenta con lo que tiene, quien desearía tener más volumen o más firmeza pero se contenta con lo que tiene, quien no está a gusto, etc. Para todos los gustos. Yo entiendo a las chicas que tienen muy poco pecho y quieren aumentárselo. El estar de acuerdo o no con esta decisión, ya es opinión personal y prefiero no entrar en ese camino porque cada caso es único y no puedo generalizar. Sin embargo, a veces me queda la impresión de que no se informa por completo a quienes se van a someter a este tipo de cirugía, no son del todo consciente de que es una CIRUGÍA con un POSTOPERATORIO y unas COMPLICACIONES que se pueden dar o no pero siempre hay que tener en cuenta. Además, hay que tener en cuenta las indicaciones de cirugía: personas con un volumen mamario escaso que le perjudique en su vida personal y social de forma comprobada (sin que sea un capricho “quiero más pecho porque sí”) y sin que haya asociada ninguna patología psiquiátrica.
Hoy en día existen diversos tipos de prótesis mamarias, tanto por el material empleado (prótesis con relleno de gel, de silicona, de suero, etc) como por la forma (redonda, en lágrima, ajustado al tejido mamario que posea la paciente y el resultado final deseado). El material empleado depende de cada país, de modo que las de gel de silicona están permitidas en Europa y en los Estados Juntitos estaban prohibidas hasta hace dos años. Además, el relleno puede estar en un único compartimento (toda la prótesis mamaria) o en varios compartimentos, para asegurar que en caso de rotura la fuga sea mínima. Todas se colocan en quirófano, bajo anestesia general, pudiendo situarse entre la mama en sí y los músculos pectorales o entre los músculos pectorales y las costillas. No es una cirugía especialmente agresiva, pero sí lo suficiente como para sufrir molestias en el postoperatorio.
En el postoperatorio, además del dolor y la inflamación consecuentes, se corre el riesgo de sufrir:
- Hematomas. Se empieza con un dolor en uno de los pechos que se hace insoportable y éste se vuelve firme, la piel a tensión, dolorosísimo al tacto. ¿Y qué hacemos ante eso? Pues a quirófano otra vez, a drenar el hematoma, cerrar bien el vaso sanguíneo que estaba soltando sangre y a recolocar el implante.
- Infección. A veces implica la retirada del implante.
- Formación de una cápsula en torno al implante (capsulitis periprotésica). ¿Lo qué? El implante es percibido por el cuerpo como un objeto extraño, algo que está ahí y no forma parte del organismo, así que hay que defenderse de él y si es posible, eliminarlo. En el caso del implante mamario, se forma una cápsula de tejido duro alrededor que tira del mismo, experimentando la paciente dolor junto con un aumento de la dureza o firmeza del pecho e incluso deformidad del mismo. Aquí es precio puntualizar que siempre se da una pequeña capsulitis fisiológica, que sólo es peligrosa en caso de que progrese y sea bastante extensa y llamativa. Sólo se retira el implante en caso de que la paciente experimente un gran dolor y tenga la mama dura, fría y deforme.
Además de lo anterior, hay otras complicaciones que no se suelen pensar, como que el implante es algo fijo, estable. ¿Qué quiero decir con esto? Recurro al ejemplo de Victoria Beckham, una mujer que se colocó sendos implantes de silicona y adelgazó de manera notoria. Al adelgazar, todo el cuerpo menguó por igual…excepto el pecho, que incluso cambió de forma, ya que donde antes había implante, tejido graso, tejido subcutáneo y piel, ahora sólo hay implante, algo de tejido subcutáneo y piel.
Con todo esto no pretendo ser alarmista ni meter miedo sino intentan concienciar, meter en la cabeza que un aumento de pecho es una cirugía y que por tanto hay que tener claro a lo que se va y las posibles complicaciones. No es un tema con el que frivolizar, menos de la manera en que se hizo. Os recomiendo que leáis este artículo en Per Ardua Ad Astra acerca de la cirugía estética para aclarar un par de cositas, que nunca viene mal puntualizar.
Para terminar, os dejo una imagen bastante buena de micockringnomedejapensar en referencia a la polémica de Pachá y el aumento de pecho que sorteaban:
Dedicado a Cora, a quien le leí afirmar “Sin tetas no hay homenaje”, en referencia a la dichosa discoteca.
Nota: entrada meneada. Muchas gracias