Ayer tuve la ocasión de leer este artículo de Ezne, donde hablaba de la drogadicción y cómo se ve socialmente y las opiniones que tienen algunas personas acerca de los “drogadizos” como suelen denominarles despectivamente. Para gustos los colores, como se suele decir, pero en ocasiones hay opiniones que dejan ojiplático a cualquiera y hacen que recuerde este debate en el blog de EC-JPR.
A cuento de eso, recordé un artículo que escribí hace tiempo para Museo de la Ciencia y que cuelgo aquí, ligeramente modificado, para gusto y disfrute del personal. Es un tema duro, lo sé, pero en Medicina, para bien o para mal, se ve “de tó”.
En la película Trainspotting, basada en la novela homónima de Irvine Welsh, hay una escena en la que se muestran el intenso malestar y las alucinaciones que padece uno de sus protagonistas, Mark Renton, cuando se desengancha de la heroína. Cuando ví esa película, antes de estudiar Medicina, me pregunté si el síndrome de abstinencia a este opiáceo era así de llamativo y escandaloso o lo habían exagerado para darle dramatismo en la película, porque la escena deja literalmente flipado a quien la ve por primera vez.
La heroína es un derivado del opio que causa una tremenda dependencia psicológica y física, de ahí que sea una de las drogas de las que más difícil es desengancharse. En el caso de la dependencia psicológica, la persona necesita la droga para sentirse bien y si la deja sufre, pero en su organismo no hay cambio alguno; en el de la dependencia física, necesita la droga para que su cuerpo funcione correctamente, de ahí que esta dependencia sea más peligrosa y difícil de superar que la primera, puesto que ya no se buscan los placeres que suministra la droga, sino evitar el malestar en caso de no consumirla. Al suspender bruscamente la administración de heroína, la persona habituada a ella sufre diarreas, náuseas y vómitos, agitación intensa, tiene un frío intenso (hipotermia) y se le pone la piel de gallina (piloerección), se le dilatan las pupilas (midriasis), tiene una abundante secreción nasal, le duele el abdomen y en ocasiones tiene alucinaciones. Sí, Mark Renton lo pasó muy mal al intentar superar el “mono” de la heroína, tal como se ve en el siguiente vídeo (nota: no es imprescindible ver el vídeo para entender este artículo, es fuertecillo):
[youtube=http://es.youtube.com/watch?v=qDLSirYQAik]
¿Cómo se trata actualmente el síndrome de abstinencia? Hay diversos fármacos para ayudar al heroinómano, el más conocido y usado es la metadona, que se incluye en los programas de desintoxicación gracias a que se puede tomar por vía oral sin necesidad de pinchazos, sus efectos son más duraderos y suaves al tardar más en degradarse y eliminarse del cuerpo que la heroína y además, ser legal. También se emplean la clonidina y la buprenorfina, aunque en menor medida.
Como nota final, hace poco tiempo supe que la heroína apenas se consume por vía intravenosa, siendo ahora más habitual fumarla, tanto por la imagen negativa de los pinchazos en los brazos como el miedo al SIDA por las jeringas compartidas y la mayor facilidad de consumo al ser su preparación menos laboriosa.
Y para despedirme, dejo este videoclip de la canción de Fito “Un buen castigo”, que va sobre el tema aunque al principio no lo parezca…
[youtube=http://es.youtube.com/watch?v=tok63U1oqOs]