Cuando me preguntan qué suelo llevar en el bolso (mejor dicho, megabolso), entre otras cosas siempre cito un libro. Con un libro son más soportables las horas de espera, las horas en un tren, un avión, con un libro me abstraigo por completo de lo que me rodea y dejo que mis neuronas se declaren en huelga de dendritas caídas.

Hace poco llevaba uno bastante interesante, “La homeopatía ¡vaya timo!” de Víctor-Javier Sanz. Ya conocía la colección ¡Vaya timo! de la Editorial Laetoli, sabía que estaba siendo llevada por Javier Armentia y que eran libros divulgativos, sencillos y amenos de leer.

¿Qué puede ofrecer un libro así de nuevo, que no conozcamos ya sobre la homeopatía? Mucho más de lo que imagináis, para mí fue una gran (y buena) sorpresa todo lo que me encontré. El autor explica el origen de la homeopatía y sus pilares básicos establecidos por Hahnemann, desmontando uno por uno sus principios erróneos, explicando claramente en qué falla la homeopatía y cómo se apoya en el efecto placebo, denunciando los estudios fraudulentos de los homeópatas en los que no se recogen los datos de forma escrupulosa ni se hacen bien los estudios para evitar errores y sesgos intencionados o no. Es ameno de leer, ideal para olvidarse en el tren del niño que le chilla a la madre que se le han acabado las pilas de la maquinita del tetris o la batería de la PSP, para abstraerse de la conversación entre los dos abueletes que critican al Gobierno sea del partido que sea, para no quedarse dormido en el asiento del tren o el bus y terminar roncando en Dolby Surround y el hilillo de baba colgando. Es un libro que te aporta mucha información bien desmenuzadita, te da más munición para los debates encendidos “homeópatas vs lo que ellos llaman alópatas” y explicaciones sencillas para que tu vecina entienda que esas gotitas que le han dicho que le va a curar sin efectos secundarios y es muy natural no le van a hacer nada si no es gracias al efecto placebo.Incluso si eres defensor de la homeopatía te recomiendo leerlo, puede que su lectura te haga reflexionar y siempre es bueno conocer de primera mano lo que piensan quienes no piensan o defienden lo mismo que tú.

Otro día os recomiendo otro libro bastante interesante, no es de Medicina sino de Física… ;)

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Cuando empecé a hablar de la Homeopatía en Museo de la Ciencia y aquí no imaginaba todo lo que iba a saber del tema, ni la gran cantidad de comentarios y correos que iba a recibir. En ellos constato que se suele confundir la Homeopatía en sí con los remedios herbales y florales y que los homeópatas incurren una y otra vez en las mismas falacias. Ahora que estoy leyendo el libro de Víctor-Javier Sanz, “La homeopatía ¡vaya timo!” y que en el anterior artículo más de uno aludió a la homeopatía, me voy a poner un poco pesadita con el tema. Va por ustedeh, señoreh

1. HOMEOPATÍA Y REMEDIOS HERBALES Y FLORALES

Una cosa es la homeopatía, cuya definición podéis hallar aquí y otra los remedios herbales y florales. Una tila no está diluida en una proporción infinitesimal ni obedece a las leyes de la Homeopatía de “lo semejante se cura con lo semejante” ni nada por el estilo. Son dos cosas distintas, agrupadas bajo el nombre “remedios naturales”. Ambos se pueden encontrar en herbolarios, que tal como comenta Shora en Medtempus, no siempre hacen las cosas bien, rozando la ilegalidad, o en farmacias.

2.PUES ESO ES MÁS NATURAL QUE LAS PORQUERÍAS QUE RECETÁIS LOS MÉDICOS

Exacto, totalmente natural, tiene menos procesamiento, no lo voy a negar. Eso sí, ¿lo natural es lo más sano? ¿Y no tiene efectos secundarios? ¿Tú sabes de dónde sale la aspirina? ¿Y sabes que el té favorece el estreñimiento? ¿Sabes que en una pastilla de aspirina está perfectamente medida la cantidad de ácido acetilsalicílico y se sabe qué dosis exacta administrar para conseguir un efecto y que la infusión de sauce blanco o los preparados a base del mismo no tienen bien medido la cantidad de principio activo? ¿Sabes que las pastillas incluso se pueden partir en mitades o cuartos para ser más exactos todavías en la proporción “tantos kilos pesa esta persona, tanto medicamento le doy”?

3. PUES A MÍ ME FUNCIONA

Me alegro mucho de que ese remedio te quite el dolor de cabeza, a mí también me funciona tomarme un paracetamol, el otro día me tomé una pastilla de 1gr y con eso me quité el dolor de cabeza del rebujito de garrafón de la feria, mano de santo. Existe el efecto placebo, muy útil sobre todo en enfermedades somáticas o en problemas de índole psicológica como la ansiedad. Existen enfermedades que remiten con el paso del tiempo, fíjate que yo puedo pasar una gripe sin tomarme antivirales, tan sólo agüita y paracetamol ¡y me curo! Y también tenemos que hacerle caso a la Estadística, que dice que dos o tres casos de curación no son indicio suficiente para afirmar que algo es curativo y efectivo.

4. LOS REMEDIOS HOMEOPÁTICOS SON MÁS BARATOS QUE LOS TÓXICOS QUE RECETÁIS LOS MÉDICOS

Si os dáis una vuelta por la farmacia o la parafarmacia, veréis que no. Por ejemplo, mirad el precio de una caja de anticonceptivos hormonales orales usados con el fin de regular la regla (no sólo te evitan ser mamá o papá) y el precio de un bote de 100 píldoras de aceite de onagra usado con el fin de regular la regla.

5. EL EFECTO PLACEBO ES MENTIRA, EN NIÑOS Y ANIMALES SE HAN PROBADO Y ELLOS NO PUEDEN SUFRIR ESE EFECTO

Ésta es mi falacia favorita. Como ya explicó en una ocasión Esther Samper, este efecto SÍ existe en niños y animales. No se sugestionan directamente como los humanos adultos, pero perciben que reciben mimos, cuidados y atenciones que asocian con que se van a curar. De hecho, cuando se realiza un ensayo clínico para comprobar la eficacia de un medicamento en niños y mascotas se incluye un grupo control al que se le administra placebo et voilà, se comprueba que sí existe.

6. PARA COMPROBAR LA EFICACIA DE LA HOMEOPATÍA NO VALEN LOS ESTUDIOS DE DOBLE CIEGO NI OTROS EXPERIMENTOS CIENTÍFICOS PORQUE NO TIENEN EN CUENTA LA CONEXIÓN PSÍQUICA ENTRE EL HOMEÓPATA Y SU PACIENTE NI OTRAS VARIABLES

Otra de mis falacias favoritas: como el árbitro no me da la razón, digo que ese árbitro no vale. En un estudio a doble ciego queremos asegurarnos la total objetividad a la hora de comprobar que ese remedio funciona. Usamos el método científico y la Estadística para que nadie nos dé gato por liebre. Los homeópatas aducen que la Homeopatía tiene un componente psíquico que la Ciencia no puede evaluar. Supongo que se referirán al efecto placebo y la sugestión “voy a curarme porque el homeópata tiene poder de curación“, como ya tuve ocasión de oir una vez. Ahí soy inflexible: si los remedios homeopáticos quieren competir en igualdad de condiciones con los fármacos, han de demostrar de forma limpia, científica y segura que son eficaces, en las mismas condiciones. Punto.

Respecto a esto, hay un detalle curioso: siempre que en un debate sobre el tema pido que me dejen enlaces a artículos científicos sobre la Homeopatía, me enlazan páginas webs donde se ensalza y alaba, pero nunca me dejan un artículo ni evidencias científicas. Cuando se lo hago notar, se enfadan y me mandan bien lejos. Todavía mantengo la esperanza de que alguien me demuestre que los dichosos remedios homeopáticos funcionan y que me los pongan más baratos, seguro que así recortamos el gasto farmacéutico, oiga.

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