Con este artículo ya casi vamos terminando la serie. Hoy os traigo las dudas más frecuentes en torno a los genéricos, las que me exponen mis pacientes al hablar de ellos. Seguramente me deje algunas en el tintero, así que ahí están los comentarios :)

1. ¿Por qué los genéricos son más baratos?

Los medicamentos de marca tienen un precio de salida, con un margen de beneficios en el que se incluye, entre otras cosas, el recuperar la inversión realizada investigando para sacar adelante ese medicamento. Un genérico no necesita tener un precio de salida alto para recuperar esa inversión.

2. ¿Los genéricos tienen peores excipientes y por eso son más baratos?

No. Los genéricos tienen los mismos o diferentes excipientes, pero eso no implica una reducción del precio, no es determinante que se use un excipiente u otro.

3. ¿Es cierto que muchos genéricos tienen lactosa y por eso sientan peor?

No. Si sientan peor es por el efecto psicológico que produce en muchos pacientes que “el genérico es más barato y más malo”, lo cual ha sido hábilmente machacado por la industria farmacéutica que fabrica medicamentos de marca. Además, oh, casualidad, muchos medicamentos de marca tienen lactosa entre sus excipientes.

4. ¿Existen genéricos de todos los medicamentos?

No. No existen de aquéllos que lleven menos de 10 años comercializándose y no haya expirado la patente, no hay genéricos de insulinas, hormonas tiroideas y acenocumarol (de éste último ni siquiera hay otra marca que no sea el famoso Sintrom).

5. ¿Es cierto que como llevan distintos excipientes se absorben peor y por tanto en el estudio de bioequivalencia dicen que son iguales pero en la práctica no lo son?

No. Al hacer el estudio de bioequivalencia se hace dando a probar el medicamento ENTERO, con excipientes y todo, para comprobar que la bioequivalencia se cumple. Además, si vamos a la definición de excipiente, vemos que es una sustancia inactiva que hace de vehículo para el medicamento, dándole estabilidad para evitar que se desintegre a la primera de cambio y ayudando a que se absorba.

6. ¿Por qué parece que un genérico me sienta peor que uno de marca?

Por el efecto psicológico de “si es más barato es más malo”, “el Ministerio sólo quiere ahorrar a toda costa y no le importa darnos medicamentos peores, con menos cantidad de principio activo”, etc. Hace poco escuché algo completamente diferente, “mira, el genérico me sienta mucho mejor que el de marca porque tiene otros excipientes”. Mi ceja a lo Carlos Sobera llegó al techo.

Por último os lanzo yo una pregunta: ¿quedó suficientemente claro el tema del +/- 20%? Me han indicado que tal vez sería bueno remachar eso y hablaros del concepto de área bajo la curva y concentración máxima de principio activo, ¿os gustaría que hablara de eso en el próximo y último capítulo?

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Éste es quizás el artículo más largo de la serie, en el que intento explicar del modo más sencillo posible de dónde viene la idea del “20% menos de principio activo”. Espero haberlo conseguido :)

Lo he discutido con compañeros. Lo he hablado con farmacéuticos. He leído artículos como éste de posPsiquiatría y los enlaces hacia el Hospital 12 de Octubre, el Servicio Cántabro de Salud, el Servicio Canario de Salud y el Servicio Vasco de Salud. Todos hablan del famoso 20% y tienen dudas, como se puede leer en algunos de los comentarios dejados en entradas anteriores, por ejemplo “Le pregunté a mi médico sobre una estatina de la que acaban de sacar un genérico cinco veces más barato. Me comento que a los laboratorios de genéricos les permiten utilizar hasta un 10 % menos de principio activo, vamos, una de cada 10 pastillitas les sale gratis, además de que no está probado clínicamente la variante genérica con sus excipientes y su principio activo menguado” o “Soy estudiante de 5º de Medicina y el otro día en las prácticas de Nefrología, la Nefrologa (especializada en trasplante) nos comentó que estaba muy preocupada porque a sus pacientes les costaba encontrar un medicamento de una determinada marca desde que había salido el generíco (no consigo recordar cual era, era bastante específico). Yo que pensaba que tenían que ser iguales, y ella nos dijo que podía variar hasta un 10% en la cantidad de principio activo. Supongo que no importa mucho que un paracetamol tenga 1g o 990mg, pero en medicamentos que tienen intervalo terapéutico, esa diferencia puede ser muy importante. Por eso, no entiendo como puede permitirse por ley, sobre todo en determinados medicamentos

Es importante recalcar que un genérico no tiene hasta un 10-20% menos de principio activo sino que, como se puede leer en los distintos boletines, cuando sale al mercado un genérico, debe haber demostrado que tiene la misma composición en cantidad y calidad así como que ejerce el mismo efecto que el de marca; eso se hace con estudios controlados, normalmente cruzados y a doble ciego (ni el paciente ni el que dispensa la medicación saben quién recibe el medicamento y quién el placebo o medicamento de referencia), en grupos de 12 a 36 voluntarios sanos asignados de forma aleatoria. Se recogen los resultados y se realizan estudios estadísticos, comparando la concentración máxima de medicamento alcanzada en el organismo con el medicamento de marca y el genérico, se compara el tiempo que tarda cada uno de ellos en ser absorbido en el organismo y el tiempo que tarda en ser eliminado, viendo así el tiempo que está actuando.

¿De dónde puede venir el concepto del 20% menos de principio activo? De que por ley se establece que “para que sean bioequivalentes, se establece que los intervalos de confianza del 90% de los cocientes de las medias del área bajo la curva y Cmáx (concentración máxima) del original y el genérico deben estar dentro de los límites prefijados del 80-120% (0,8 y 1,25 en forma logarítmica)”. Para alguien con mínimas nociones de Farmacología y Estadísticas, este galimatías significa que hay hasta un +/- 20% de variación en un parámetro estadístico empleado para comparar ambos fármacos. En ningún lado pone que haya un 20% menos de principio activo ni que tenga una bioequivalencia ni biodisponibilidad menor en un 20%. Si se coge la calculadora y los datos, se ve que si hay hasta un 20% menos de principio activo no hay bioequivalencia ninguna al emplear las fórmulas estadísticas necesarias, por lo que no se cumpliría la ley y ese fármaco no sería aprobado como genérico, observándose además diferencias significativas en los ensayos clínicos.

En el boletín del Hospital 12 de Octubre se puede leer que los estudios de bioequivalencia también son usados para demostrar equivalencia entre diferentes formulaciones de fármacos de marca, por ejemplo entre la formulación usada en los ensayos clínicos precomercialización y la posteriormente comercializada, en muchos casos diferente a aquélla; o cuando se comercializa una nueva forma farmacéutica o dosificación. Es decir que el famoso y mal entendido + 20% también se aplica, por ejemplo, cuando de un medicamento de marca, hasta ahora en comprimidos, se comercializa una presentación en jarabe y tiene que demostrarse que es bioequivalente o cuando se decide sacar una pastilla que se tome una vez al día en vez de tres Vuelvo a preguntar lo mismo que en el artículo anterior: ¿por qué nadie dice nada cuando una empresa farmacéutica de marca realiza esos estudios para sacar nuevas formulaciones, por ejemplo de jarabe a pastilla, pero protestan y dudan cuando une empresa de genéricos saca el paracetamol de marca blanca?

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En el artículo anterior describía qué era un medicamento de marca y qué un genérico. Hoy voy a explicar conceptos que pueden parecer complicados como la biodisponibilidad, la bioequivalencia, antes de meterme a hablar del famoso “20%”.

Al sacar un nuevo fármaco nos interesan varias cosas, pero las más importantes son saber qué cantidad es necesario administrar para tener efecto, qué cantidad se puede administrar para tener efecto y que la toxicidad sea mínima o nula, si ese fármaco llega al sitio que queremos que llegue y lo hace de la manera que queremos…

La biodisponibilidad de un medicamento es, grosso modo,la cantidad de medicamento que llega inalterado a la sangre en un tiempo determinado desde que lo ingerimos, nos lo pinchan o lo que sea y, por tanto, está disponible para llegar a los tejidos del organismo que nos interesan y ejercer su función. Es útil porque nos indica cuándo comienza a hacer efecto, cuánto dura y cuál es su intensidad. Hay una parte del medicamento que se puede unir a ciertas proteínas, por ejemplo, por lo cual no “trabaja”, de manera que no hay medicamento del que se aproveche el 100%. Esto lo conocemos los sanitarios, químicos y farmacéuticos y sabemos que la biodisponibilidad depende, entre otras cosas, de cómo administremos ese fármaco (inyección, jarabe, pastilla) y de la existencia o no de factores que puedan alterar la absorción del fármaco.

Con lo que cuento en el anterior párrafo, se puede entender que no es lo mismo dar un fármaco en pastillas que en inyección y que, por tanto, no se puede poner los mismos excipientes en uno que en otro, ¿quién va a machacar una pastilla, mezclarla con suero e inyectársela en vena? Nadie. Se coge ese fármaco y se “adapta” para poder ser inyectable, se coge esa sustancia que ejerce efecto y se le ponen unos excipientes adecuados a la vía de administración. Y aquí es cuando surge el otro concepto interesante: la bioequivalencia.

Un laboratorio X saca al mercado un medicamento que es la pera limonera para una determinada enfermedad. Lo saca en inyección. Con el tiempo, ese laboratorio piensa en que para una administración más cómoda y así aumentar las ventas (a quién le gusta que le pinchen, ains), lo ideal sería sacar ese medicamento en pastillas. Para ello tiene que sacar ese fármaco con otros excipientes y estudiar la bioequivalencia, es decir, que cuando dos medicamentos se administran con el mismo principio activo, en igual cantidad e igual calidad, en idénticas condiciones, se alcance una biodisponibilidad similar.

Imagino que ya sabréis por dónde van los tiros. Sí, no sólo los laboratorios que fabrican genéricos realizan estudios de biodisponibilidad y bioequivalencia para sacar los mismos medicamentos pero más baratos, también los laboratorios “de marca” los hacen para sacar nuevas presentaciones del mismo producto. ¿Por qué, entonces, desconfiamos de los genéricos y no de las marcas? En el próximo capítulo hablo de eso y del famoso 20%

Hasta aquí llegamos hoy. Entiendo que algunos conceptos puedan resultar farragosos, así que preguntad sin miedo :) La bibliografía utilizada especialmente para el artículo de hoy ha sido el Flórez, uno de los clásicos de Farmacología Clínica usados en Medicina.

Todos estos artículos se los dedico a Javithink, por toda la ayuda prestada para realizar estos artículos y por ser mi mejor ejemplo de médico crítico ;)

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