Qué bonitas son...
Qué bonitas son...

El otro día me enseñaron un brazo con la picadura de una medusa y me comentaron “pues mi madre quería echarme amoniaco y yo le dije que nanay“. Me acordé de un artículo que escribí el verano pasado acerca de ellas, Que las medusas no te amarguen tu día de playa. No me voy a extender mucho, ya tenéis el enlace a un artículo bastante completo sobre el tema, aunque sí voy a hacer un resumen recordando unos cuantos puntos fundamentales.

1. EVITAR QUE NOS PIQUEN

La mejor medusa es la medusa que está lejos. No vale el chiste malo de “medusa muerta”, ya que son el alimento de atunes y tortugas, que cuando las ven piensan “ay omá qué rica” y se van a por ellas. Si vemos medusas en el agua o que está puesta la bandera roja por su presencia, lo mejor es no meterse en el agua salá por mucho que fastidie. De Perogrullo, claro, pero hay quien se mete en el agüita confiando en que su ángel de la guarda le librará de toda picadura. Tampoco debemos tocar la medusa, ya que el contacto con las células urticantes que tienen en su superficie es suficiente para sufrir sus efectos.

2. ACTUAR CUANDO UNA MEDUSA NOS PICA

Lo primero es salir rápidamente del agua, quitarnos la medusa de encima y los restos del tentáculo con pinzas o un palito. Jamás debemos tocarla con las manos desnudas. Tampoco es bueno frotarse con una toalla o echarse arena encima, eso empeorará mucho las cosas.

Tras quitarnos la medusa y los posibles restos, debemos lavarnos la herida con agua de mar, nunca con agua dulce, ya que su menor salinidad activa más aún las células urticantes. Luego nos aplicamos una bolsa de hielo, recordando que si nos aplicamos el hielo directamente, al ser agua dulce, cuando empiece a derretirse nos picará más aún…

Si queremos neutralizar la acción de las células urticantes, nos aplicamos vinagre o amoniaco y después nos aplicamos un antiséptico, nunca alcohol o agua oxigenada. Mearnos encima de la picadura tampoco soluciona nada, es un mito urbano un tanto asquerosillo. Un detalle: hay que aplicarse un poquito de amoniaco o vinagre con un algodón, limpiándose, pero ya está. Dejar el algodón puesto con el amoniaco sólo servirá para provocarnos una quemadura química.

En breve os hablaré de la importancia de echarse cremita para no terminar como un salmonete y cómo elegir la mejor crema para cada tipo de piel :)

Facebook Twitter Email

aguaTodos los años lo solemos contar quienes escribimos un blog sobre Medicina y este año no os vais a librar. Amigos veraneantes, tened precaución con ciertas cosas. Haciendo un repaso de lo más básico para este verano, os cuento varias cosillas en varios artículos, para no escribir un tochazo de un tirón.

1. HIDRATACIÓN

Con el aumento de temperatura es lógico que sea más fácil deshidratarse. No todo el mundo tiene la misma susceptibilidad, ya que eso depende de la actividad física que se desempeñe, la cantidad de agua que se ingiera y ciertas circunstancias personales como ser anciano, niño, embarazada, deportista o padecer una enfermedad crónica. Recordemos que la deshidratación es una causa de ingreso hospitalario, no sólo por padecer una gastroenteritis y quedarse sequito como la mojama, sino por no ingerir la cantidad de líquidos adecuada. No podemos confiarnos y pensar “ya beberé cuando tenga sed“, ya que ésta aparece como señal de que estamos un poquito deshidratados y el cuerpo demanda líquidos. Copio y adapto algunos consejos leídos en ¡Cuánta Ciencia! y recomiendo leer el artículo que enlazo, bastante completo, conciso y claro.

-Lo recomendable es beber al menos dos litros de líquidos al día. Esos dos litros han de ser preferentemente de agua, no vale preguntar si el tinto de verano se incluye en esos dos litros, ya que el alcohol favorece la deshidratación por su efecto diurético.

-Llevar siempre una botellita de agua es buena idea. Buchito a buchito se consigue ingerir todo el agua necesaria, sin sentir pereza ante el vaso lleno.

- Decía antes que el tinto de verano no se incluye en esos dos litros de líquidos. Tampoco se debería incluir el té, por sus propiedades diuréticas, pero sí los zumos, las infusiones, las bebidas lácteas, etc.

- No sólo podemos combatir la deshidratación con líquidos, sino con frutas y verduras frescas. Una buena tajada de sandía contribuye a ello, por ejemplo :)

Al hilo de todo esto, quiero recordar que en caso de deshidratación, sea cual sea su causa, lo ideal es emplear una solución de rehidratación oral; las bebidas isotónicas no contienen todos los elementos necesarios para recuperarse, ni en las cantidades adecuadas, por lo que no son un buen sustituto. Se pueden utilizar en caso de emergencia y si no se tiene otra cosa, sí, pero no son la primera ni mejor solución. Recomiendo leer este artículo de Vicente Baos para ampliar información.

En el próximo capítulo os recordaré los mal llamados cortes de digestión, qué es lo que ocurre realmente y por qué se producen.


NOTA: por problemas técnicos me encuentro temporalmente sin internet. Cuando ONO lo decida, volveré a estar conectada y seguir escribiendo. Disculpad las molestias :(


Facebook Twitter Email