“Un neonatólogo es como un veterinario, ya que tiene que lidiar con un ser vivo adorable, achuchable e incapaz de decirte dónde le duele o molesta ni de qué manera”.
6 opinaron sobre “Pensamiento a la hora de estudiar Pediatría para el examen MIR…”
Yo soy veterinario y siempre pensé que mi profesión es más difícil que la de médico por que mis pacientes no hablan.
Ahora veo que a los pediatras les pasa lo mismo. Y supongo que a algunos geriatras también…
Jejeje, di que sí, ¿qué haces con un bebé de dos meses que no para de llorar y encoger las piernecitas?
Por otra parte, los médicos somos plurifacéticos: somos confesores, porque todo el mundo nos cuenta muchas cosas de su vida; somos psicólogos, hacemos una buena labor de evaluación del estado psicológico del paciente; somos veterinarios en algunos casos, bien porque tenemos pacientes que no hablan o porque tenemos cafres al otro lado de la mesa u
Jejeje, di que sí, ¿qué haces con un bebé de dos meses que no para de llorar y encoger las piernecitas?
Por otra parte, los médicos somos plurifacéticos: somos confesores, porque todo el mundo nos cuenta muchas cosas de su vida; somos psicólogos, hacemos una buena labor de evaluación del estado psicológico del paciente; somos veterinarios en algunos casos, bien porque tenemos pacientes que no hablan o porque tenemos cafres al otro lado de la mesa; somos gestores, sobre todo porque tenemos a los gerentes pidiendo que gastemos poco y seamos muy productivos y eficientes; somos traductores, porque hay muchas expresiones propias de cada región, “que me ha dado un paparajote”, por ejemplo. En fin…
Y además tienes un padre/propietario que muchas veces “interpreta” a su manera lo que le pasa al paciente…
Teniendo en cuenta lo que te llegan a soltar algunos de vez en cuando, tener pacientes que no hablen igual no es tan tan malo… jajaja
Los médicos de otras especialidades también se enfrentan al silencio, y si no, ojo con la técnica de mi abuelo, que cada vez que iba al médico (arrastrado por la familia, literalmente, que había que atarlo) y le preguntaban qué le pasaba respondía «usted me dirá» y contaba que cuando sus cabras estaban malas el veterinario les encontraba el mal sin que ellas abriesen la boquita, y que él esperaba el mismo servicio…
Yo soy veterinario y siempre pensé que mi profesión es más difícil que la de médico por que mis pacientes no hablan.
Ahora veo que a los pediatras les pasa lo mismo. Y supongo que a algunos geriatras también…
Jejeje, di que sí, ¿qué haces con un bebé de dos meses que no para de llorar y encoger las piernecitas?
Por otra parte, los médicos somos plurifacéticos: somos confesores, porque todo el mundo nos cuenta muchas cosas de su vida; somos psicólogos, hacemos una buena labor de evaluación del estado psicológico del paciente; somos veterinarios en algunos casos, bien porque tenemos pacientes que no hablan o porque tenemos cafres al otro lado de la mesa u
Jejeje, di que sí, ¿qué haces con un bebé de dos meses que no para de llorar y encoger las piernecitas?
Por otra parte, los médicos somos plurifacéticos: somos confesores, porque todo el mundo nos cuenta muchas cosas de su vida; somos psicólogos, hacemos una buena labor de evaluación del estado psicológico del paciente; somos veterinarios en algunos casos, bien porque tenemos pacientes que no hablan o porque tenemos cafres al otro lado de la mesa; somos gestores, sobre todo porque tenemos a los gerentes pidiendo que gastemos poco y seamos muy productivos y eficientes; somos traductores, porque hay muchas expresiones propias de cada región, “que me ha dado un paparajote”, por ejemplo. En fin…
Y además tienes un padre/propietario que muchas veces “interpreta” a su manera lo que le pasa al paciente…
Teniendo en cuenta lo que te llegan a soltar algunos de vez en cuando, tener pacientes que no hablen igual no es tan tan malo… jajaja
Los médicos de otras especialidades también se enfrentan al silencio, y si no, ojo con la técnica de mi abuelo, que cada vez que iba al médico (arrastrado por la familia, literalmente, que había que atarlo) y le preguntaban qué le pasaba respondía «usted me dirá» y contaba que cuando sus cabras estaban malas el veterinario les encontraba el mal sin que ellas abriesen la boquita, y que él esperaba el mismo servicio…