El otro día estaba tomándome mi zumo de naranja en el hospital, con el fresquito de la ventana, pensando que ya comenzaban las calores andaluzas…y llegaban los abuelomas.
Un abueloma es el abuelo que nadie quiere. Es el abuelo que la familia no puede o quiere cuidar y por tanto lleva al hospital con la esperanza de que “como tiene tantas cosas” se quede ingresado por una larga temporada, dándoles un respiro. Es el abuelo que se pone malo en la residencia y dejan en la puerta de Urgencias con una fotocopia de su DNI, su tarjeta de la Seguridad Social y, como mucho, un folio en el que viene apuntada su medicación; eso sí, en ningún lado consta membrete alguno de la residencia de ancianos, ni suelen informar a los familiares de la situación, ni es común que haya algún acompañante. El abuelo se ve en una camilla solo, desorientado, dolorido por el motivo que sea, llevado por celadores de un lado a otro.
Un abueloma es el que “de ayer para hoy ha perdido la cabeza, se caga y mea encima“. Es el abuelo que ha empeorado repentinamente “desde hace tres días“. La familia no se da cuenta o no suele reparar en que en la pantalla del ordenador tenemos sus antecedentes y sabemos que el abuelo lleva meses o años así; lo exploramos, les ponemos un suero porque muchos vienen deshidratados, pedimos una analítica de orina porque sabemos que una de las causas más frecuentes de desorientación y malestar en un anciano es una infección de orina de lo más tontorrona, les hacemos “la prueba del azúcar“…los reanimamos, explicamos a la familia que no tiene criterios de ingreso y comienza el drama, la familia que se niega a llevárselo,”así no me lo llevo“, “yo no le puedo cuidar“, “si fuera su padre seguro que le ingresaba“, “vaya mierda de Seguridad Social, pagas impuestos y cuando te hace falta algo te ponen en la calle“, “perdona, tu sueldo lo pago yo, así que no me vengas con que no ingresas a mi madre“.
Muchos van a Urgencias repetidamente, con la esperanza de topar con un médico que por no escucharles más o ante la duda ingrese al abuelo aunque sea unos días. Saben que es un problema social, no médico, un problema para el cual no disponemos de asistentes sociales de guardia.
Todo esto está basado en hechos reales vividos en mis guardias de Urgencias. He omitido detalles por no revolver las entrañas al personal.
¿Dejan a abuelos/as en la entrada de Urgencias tan solo con una nota? :O Es bastante peor de lo que yo me imaginaba. A alguien que hace algo así, ¿se le pueden pedir responsabilidades en un juzgado?
Ah, y las respuestas prepotentes y falaces que tenéis que aguantar los médicos en estas situaciones (y en otras) son indignantes. Me pregunto si estas personas que te dicen “perdona, tu sueldo lo pago yo, así que no me vengas con que no ingresas a mi madre“ tienen el mismo valor y el mismo carácter para decirle algo parecido a los políticos que les/nos roban y mienten todos los días.
Hay que presionar a un político no a un/a médico.
Demócrito, no sólo lo hacen en algunas residencias (por suerte en otras acompañan al abuelo o por lo menos dejan los datos de la misma), también algunos familiares desconsiderados.
A muchos clientes, perdón, pacientes, les he indicado amablemente la posibilidad de poner una reclamación, dando nombres, apellidos y DNI, para quejarse por escrito por no ingresar al abuelo. Hasta ahora no me ha llegado ninguna reclamación.
Puedo entender que una familia no pueda atender como lo necesita a una persona mayor, en la actualidad es habitual que todos los miembros activos de una familia trabajen o estudien y pasen muchas horas fuera de casa, pero antes que dejar a un abuelo/a en la puerta de Urgencias para que se encargue otro del “marrón” creo que existen otras vías para buscar solución a esta cuestión. ¿No se puede consultar a los servicios de Asistencia Social del ayuntamiento para buscar asesoramiento y ayuda?
Porque como bien dices no se trata de un problema médico o de salud, se trata de un problema de asistencia social.
Me quedo muerta con el proceder de algunas familias. Esta entrada se la voy a restregar a todo el que me dice “¿y qué harás cuando seas mayor, sin hijos?”, a ver si reflexionan.
Demócrito, el caso es que no hay residencias suficientes para todos los ancianos, la ayuda de la Ley de la Dependencia llega tarde y no siempre llega (lo sé además por experiencia propia) y las familias se ven sometidas a un largo y engorroso trámite de papeleos para encontrarle sitio al abuelo. Algunas lo sobrellevan con dignidad, otras tiran la toalla y luchan por ingresar al abuelo en el hospital como vía de escape. Otras, directamente, se desentienden y no quieren saber nada, sólo que llega el verano y se quieren ir de vacaciones o tienen una comunión y no tienen con quién dejarle (true story). La crisis se ha llevado por delante a muchos abuelos
Mortino, tener hijos no te asegura tener alguien que te cuide en tu ancianidad
Lo triste es que, los que seguro, que los dejan son sus hijos, esos que en su dia estudiaron una carrera gracias a ellos, esos que cuando se compraron el pisito o se casaron también recibieron ayuda de la persona a la que ahora van a dejar tirada en cualquier sitio. Me parece indignante, ya me lo puedo imaginar:
Hace un par de años cuidando de los nietos para que los dos papis puedan trabajar y ahora…
Es un problema muy jodido.
Por un lado están los hijos, que ya no se pueden quedar a cuidar a sus progenitores por diversos motivos, algunos bastante sensatos como que a día de hoy y con el mercado laboral como está nadie puede dejar su carrera profesional de lado y comer al mismo tiempo. Otros son banales y despreciables como “si no, no podemos ir de vacaciones”.
Por otro lado las residencias son escasas y en la mayoría de las privadas el trato es muy malo a pesar de las enormes sumas de dinero que cuestan (podemos hablar de 2000€/mes para residencia donde la persona mayor no tiene un alto grado de dependencia). Las públicas no cubren la demanda ni de lejos y como habéis apuntado las ayudas a dependencia no llegan por culpa de politiqueos baratos entre gobiernos autonómicos y nacional.
Al final muchas familias tiran de inmigrantes que, por más o menos dinero, están dispuestos a echar un cable. Pero no es lo mismo que estar al cuidado de un hijo, esto está claro.
Cada caso es cada caso, y hay hijos responsables que intentan cuidar de sus mayores en la medida de sus posibilidades y los hay que quieren desentenderse de ellos, como si fueran un mueble viejo, y si los pueden colocar en cualquier sitio y por un módico precio mejor que mejor. Los seres humanos somos así.
En estos casos siempre me acuerdo de una escena de la película “La balada de Narayama” en la que un hijo carga con su padre a hombros colina arriba y después de una conversación le tira por la ladera. Crueldad absoluta.
Mi hermana, enfermera, trabaja desde hace años en un hospital geriátrico, donde van abuelos que ya estánmuy mal para quedarse en una residencia normal. Algunos de ellos tienen enfermedades agudas y se “marchan” pronto; otros, la mayoría, tienen enfermedades crónicas graves, lo cual hace que pueda conocerlos a ellos y a su entorno gracias al trato diario. Mi hermana siempre dice que el que está solo normalmente se lo merece. Son, en la mayoría de los casos, hombres con un perfil de maltratador claro. Es natural que los hijos se desentiendan de ellos en cuanto pueden.
No me dan ninguna pena esos abuelitos de aspecto triste que parecen tan vulnerables abandonados a la puerta de un hospital. ¿Cómo eran hace 30 años, cuando tenían energía para putear al personal? Muchas familias españolas arrastran terribles dramas.
Yo pienso que este problema viene sobre todo (aparte de problemas económicos y esas historias) de la educación que dió ese abuelito a sus hijos cuando eran pequeños: Si los niños ven que su padre visita a menudo a sus padres y que los cuida con cariño, cuando pasen los años ese niño (probablemente) cuidará igual de bien de su padre, porque es lo que ha mamado de pequeño; sin embargo, si el niño ve que su padre pasaba olímpicamente de sus padres, él hará lo mismo con el suyo.
Todo esto contando con que tu hijo no te salga gilipoyas directamente, cosa que parece que está de moda…
Además estoy de acuerdo con Rebeca Ruiz en que un porcentaje importante de esos abuelomas tendrán sus razones para acabar así… aunque tampoco hay que pasarse y meter a todos en el mismo saco.
Rebeca Ruiz: Chica me das miedo.
Y te has olvidado el típico “Pues si no ingresa a mi padre y se muere, le denuncio”
Y tratándose de gente de más de 80 años, la probabilidad de que mueran es bastante alta con lo que… en fin
Yo no creo que la mayoría de esos abuelomas fueran maltratadores, o no cuidaran a sus padres (o a sus hijos, si se daba el caso). No lo creo porque he visto muchas veces como en una misma familia, los distintos hijos reaccionan de muchas formas (y los yernos y nueras, que también cuentan mucho…)
Un beso
Habrá casos en los que el abuelo fuera un maltratador o un malaje, no digo que no, pero en otros tantos la cosa no es así; depende de la educación recibida y el carácter de cada uno, además de influir la familia política, como bien comentáis.
Reclamaciones en Urgencias por no ingresar a un abuelo que no tenía criterios para ello llueven todos los días y al final la razón nos la dan a los médicos (salvo contadas excepciones) con los datos y las analíticas en la mano. Una cosa es un abuelo que se pone fatal y otra el abuelo que lleva fatal un tiempo muy prolongado y precisamente el 1 de Julio se dan cuenta de ello.
El que es un cabrón, es un cabrón como hijo, claramente.
Pero Rebeca tiene parte de razón. Yo he vivido esas circunstancias en mis carnes. Tengo tíos/abuelos por los que me iría a vivir bajo un puente, y otros tíos/abuelos a los que no les daría ni agua. Y yo soy la misma en ambos casos. Las cosas nunca son tan sencillas. No puedes pretender ser un bastardo toda tu vida, y cuando estás mayor e inútil, despertar la piedad de esos familiares de los que sólo te has querido ganar desprecio a base de patadas. Quien quiera mi cariño que se lo gane cuando no lo necesita para sobrevivir. Buscar el amor cuando es una cuestión de vida o muerte es comprar amor, y eso es sucísimo, tengas 20 años o tengas 80.
Nunca había escuchado ese término hasta ayer en clase de Rayos. Me dió más pena…
Siempre me ha parecido muy triste esa situación y me he indignado sobremanera. Será que siempre he visto a mis padres preocuparse por mis abuelos, será porque siempre me han hecho partícipe de sus cuidados, será porque siempre he pensado que si ellos no tuvieron reparos cuando yo pequeña de limpiarme el culo, los mocos o aguantarme las fiebres y los momentos de pavo, por qué ahora, cuando ellos necesitaban lo mismo de mi, los iba dejar tirados como una colilla.
Un segundo que cuesta hacer esa simple reflexión, cambia mucho las cosas. Esa reflexión sirve también, por tanto, a “las malas personas”, que si no aguantaron, no esperen que los aguanten. De todas maneras, para esos casos está el refranero: “No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti” u “Ojo por ojo… y el mundo se quedará ciego”.
Por mi corta experiencia fuera de la puerta he podido comprobar que hay de todo como en botica: hijos preocupados, diferencias entre hijos, hijos cabrones, sobrinos advocados -pobres titas solteras!-, cuidadoras que dan miedo y cuidadoras que quieren más que la propia familia.
Nunca es bueno generalizar, por eso es bueno que cuando vemos cosas así, más que criticar o justificar al de enfrente, miremos un poco nuestro ombligo y reflexionemos sobre nosotros mismos. Cada casa es un mundo.
Vaya cosa, en mi caso estudié la maestría en Investigación Médica con Terminal en Geriatría y un diplomado en Gerontología. Me impresiona ver como esta historia se repite en todos los países, no importa a que “Mundo” pertenezcan si al “Primero” o al “Tercero”.
En México observamos este fenómeno muy frecuentemente, sobre todo cercano a los días de asueto, fiestas, vacaciones. Si bien se ha intentado realizar algún sistema para “demandar” al familiar que abandona a su abuelo, pocas veces se consigue, porque no hay leyes reales que obliguen a nadie a hacerse cargo de otro, menos de un adulto, esto si aplicaría en niños y ni así sucede siempre.
Veo que en España, hacia donde muchos países latinoamericanos voltean a ver por sus políticas para el adulto mayor, tristemente siguen ocurriendo fenómenos sociales similares. Ni que decir de Estados Unidos, Canadá, etc.
Si bien es cierto que hay abuelos que en su “juventud” fueron canela fina, es triste ver como muchos de los que acaban solos no fueron así, a veces confesado por sus mismos hijos.
En ocasiones es cierto que existe el agotamiento por parte del cuidador, no en vano está considerado dentro de los temas a tratar en cualquier especialización o máster en Geriatría y/o Gerontología, pero esto no justifica en ningún caso el abandono al que se someten. Las casas de día fueron diseñadas en parte por ello, inclusive existen las casas de descanso, para que los familiares vayan y dejen a sus abuelos ahí una temporada, así ambas partes se despejan y vuelven a tratarse con gusto, tristemente la teoría es muy bonita, pero la realidad resulta otra. Aquí en Aguascalientes, la ciudad en México donde yo vivo, hay una casa que fue fundada como casa de descanso, se encuentra sobresaturada, con ancianos que llevan hasta 15 años a que sus familiares regresen de sus vacaciones o el caso más triste una maestra cuyos hijos están peleados por la herencia, ¿cuál? La que ella aún no deja, y la situación ya está en los juzgados, llevan 14 años esperando la resolución y ella por órdenes judiciales, para protejerla, en una casa que no es asilo, es solamente una casa de “descanso”.
En fin tenemos muchísimas cosas que hacer. ¿Alguien tiene idea de por dónde empezar?
Qué bárbaro…
Este tema me toca la fibra sensible porque NO PUEDO ENTENDERLO, no puedo entender como se puede mirar para otro lado cuando las personas que un día cuidaron de ti ahora te necesitan… en fin, el tema es que esto es una realidad, una realidad aplastante.
La duda que se me plantea a mí, como proyecto de médico que soy es… ¿qué le dices a esta familia???? cuando te dice oye oye, que yo te estoy pagando el sueldo, cuando ya le has hecho las pruebas pertinentes y no hay criterios de ingreso y parece ser que no lo entienden, lo mismo ponen una queja y todo, y bueno supongo que el abuelo queda en manos de los servicios sociales
Lo cierto es que los abuelos han perdido muchas cosas; el trabajo, la autonomía, la salud, personas queridas… no sumemos más pérdidas, este colectivo necesita mucho cariño. NO A LOS ABUELOMAS!!
Hombre, hay casos y casos, no todos son abuelomas sobrevenidos; también los hay inducidos. Recuerdo uno reciente: muere la abuela de un amigo, voy al velatorio, y me encuentro al abuelo más contento que unas castañuelas (soltando indirectas lascivas a mi señora, que flipa en colores). Y me entero de po qué: hasta ese día ha vivido en el pueblo con la difunta, y a raíz de este hecho da por sentado que se irá a vivir con alguno de sus dos hijos. Aunque no se da cuenta de tres cosas:
- Su señora ha fallecido antes que él, entre otras cosas, por la vida que le ha dado.
- Sus hijos salieron del pueblo en cuanto fueron mayores de edad, y vive cada uno a 400 kms del pueblo (en sentidos opuestos).
- Sus nueras, que le han aguantado esporádicamente en eventos familiares, no pueden verlo ni en pintura, pues les trata como a seres manifiestamente inferiores.
Aún así, soportaron al individuo unos meses (por turnos), hasta que encontró plaza en una residencia, pero estaban acercándose peligrosamente al punto en el que no habría sido de extrañar que hubiera aparecido en cualquier hospital con un post-it en la frente.
Supermon, hijo, has descrito la historia de uno de mis abuelos, un cabronazo espectacular al que por desgracia sus hijas se negaron a mandar a una residencia y tuvimos que aguantar durante diez años más, por turnos. Las nueras (mi madre y una tía) tuvieron que dejar de trabajar para cuidar al viejo cabrón, que no quería estar con las hijas sino con los hijos y al que entre otras cosas había que bañar mientras decía “dame bien en la entrepierna, dame” y juraba bandera. Mi madre perdió 30 kg en 1 año de la desesperación, y a partir de ahí cambió radicalmente su opinión acerca de las residencias de ancianos. Hasta la fecha ella era de las que decía que a los abuelos había que cuidarlos en casa y que a ella no la mandaran a una residencia de viejecita, pasara lo que pasara.
Supongo que cada caso es diferente, habrá viejos asquerosos que no merecen atención ninguna, pero no creo que la mayoría de los ancianos se merezca el trato de abueloma que Sophie describe. Yo a mis padres les tengo muy poco aprecio, pero ni se me ocurriría quitármelos de encima intentando cargárselos a la Seguridad Social con excusas y amenazas.
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Por lo que leo en los comentarios, hay casos de todo tipo y no digo que no entren ganas de hacer eso con el abuelo cabrón, pero no deja de parecerme curioso que a partir del 1 de Junio la gente se dé cuenta de que el abuelo está chochón o está harto de cuidarle y quiere pasarle el marrón al hospital con cualquier excusa. Además, cuando se estabiliza al abuelo y se le da de alta, la familia no aparece por el hospital, no responde a las llamadas y cuando se le manda al abuelo en ambulancia a casa, no abren la puerta. Nos trasladan un problema social a los sanitarios, que nos comemos las malas pulgas de la familia y una persona con la que a veces no sabemos muy bien qué hacer, excepto llamar a los asistentes sociales para buscar una solución.
Y en ocasiones Sophie, pasando las vacaciones o el puente, aparece nuevamente la familia, así como si nada, algunos hasta el descaro de llevarle un recuerdito de las vacaciones al abuelo y argumentar que no sabían que eso no se podía hacer, que era abandono!
Entiendo que en muchas ocasiones los abuelosl “cosechan lo que sembraron”, pero no es el caso de la mayoría de los abuelo as, por lo general, el abuelo que fue canela en la juventud, vive solo de más tiempo y no “convenientemente” en las vacaciones